Cultura y sociedad

12, Enero 2021

Hacia una economía circular para un crecimiento sostenible

Innovar y modificar procesos productivos implica un involucramiento de todas las áreas
de una empresa y de la sociedad en general. El valor de implementar una economía circular está en utilizar y reutilizar con el menor impacto negativo posible sobre el medioambiente. Compartimos la mirada de Flavio Fuertes, Licenciado en Ciencia Política y Director Ejecutivo de la Red Argentina del Pacto Global.

La economía circular es un nuevo paradigma que tiene por objetivo minimizar los residuos y la huella ambiental, prolongar la vida útil de diferentes productos y materiales e impulsar una distribución duradera de recursos físicos y ambientales. Frente a este contexto, la Red Argentina del Pacto Global creó diferentes iniciativas que brindan herramientas a las empresas para avanzar hacia la economía circular y superar el tradicional modelo lineal de producción en pos de cuidar nuestro planeta.

Accionar de manera sostenible implica desafíos y oportunidades como la incorporación de cambios tecnológicos, innovación, inversión en infraestructura y participación en la cadena de valor asociadas con el surgimiento de nuevos sectores. Permite, además, formar parte de un mercado global en constante intercambio y promoción mutua de un uso eficiente de materias primas. Si no se genera una conciencia socio ambiental – económica y se continúa produciendo grandes cantidades de productos que rápidamente serán usados y desechados, peligrará (en muy poco tiempo) nuestra supervivencia. En el mundo, cada año se descartan 50 millones de toneladas de residuos electrónicos (celulares, computadoras, equipos electrónicos y electrodomésticos).

Flavio Fuertes, Director Ejecutivo de la Red Argentina del Pacto Global.

Esta cultura de “prolongar, reparar y reciclar” tiene que ver con que los productos están diseñados para durar y, cuando finalicen esa vida útil, serán desmontados fácilmente y devueltos al ciclo de producción industrial. En la naturaleza todo es insumo para una etapa siguiente de la vida, no hay desechos. Por esto, cada año es fundamental entender esta forma de circularizar procesos y para que las empresas cuenten con aliados estratégicos: las energías renovables y el reciclado de materiales.

La “producción responsable” tiene que ver con generar bienes y servicios que utilicen eficazmente los recursos naturales, disminuyan la generación de materiales tóxicos, residuos y emisiones contaminantes. Este modelo se orienta a reducir riesgos para la salud, los impactos al ambiente, disminuir el uso de re- cursos, reducir costos y aumentar la competitividad. Avanzar en estrategias de sostenibilidad implica cambios y mejora continua de los procesos productivos. El abordaje de la innovación depende de la organización y puede darse en tres enfoques:

• El primero, la innovación enfocada en el modelo de negocios que generaría nuevas oportunidades y diferenciación en el mercado.

• El segundo, se centra en procesos que buscan eficientizar el uso de energía, recursos, insumos, etc.

• El tercer enfoque refiere a la innovación en el producto mismo buscando, también, la diferenciación en el mercado. Consiste en la introducción de un bien o servicio nuevo o sensiblemente mejorado respecto a sus características básicas, especificaciones técnicas, software incorporado y otros componentes intangibles, finalidades deseadas o prestaciones.

Debemos mutar hacia un modelo económico basado en “prolongar, reparar y reciclar”.

Por otro lado, la economía circular (EC) guarda relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Ambos comparten un objetivo en común: prosperidad social y económica dentro de la capacidad natural del planeta. Naciones Unidas describió a los ODS como “el plan para lograr un futuro mejor y más sostenible para todos”. Por ende, la EC puede considerarse como un enfoque para alcanzar las metas propuestas por la Agenda 2030.

Pero ¿qué es la “Agenda 2030”? En 2015, los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron 17 objetivos como parte de esta agenda para el Desarrollo Sostenible, en la cual se establece un plan para alcanzar esos objetivos en 15 años: Fin de la pobreza; Hambre cero; Salud y bienestar; Educación de calidad; Igualdad de género; Agua limpia y Saneamiento; Energía asequible y no contaminante; Trabajo decente y crecimiento económico; Industria, innovación e infraestructura; Reducción de las desigualdades; Ciudades y comunidades sostenibles; Producción y consumo responsables; Acción por el clima; Vida submarina; Vida de ecosistemas terrestres; Paz, justicia e instituciones sólidas y Alianzas para lograr los objetivos.

Entre los beneficios que una organización obtiene al aplicar la EC, se destacan:

• Aumento de la rentabilidad.

• Posicionamiento dentro del mercado.

• Apertura de la cartera de productos o modelo de negocio.

• Reducción de costos.

• Mayor relación positiva con proveedores.

• Disminución de riesgos potenciales de la compañía.

• Vínculos más sólidos con el capital humano.

• Reducción de la huella de carbono y la contaminación.

• Generación de empleo.

Está claro que, para mutar hacia una economía circular, se debe contar con el apoyo de la alta dirección de la empresa y, a su vez, debe estar comprendida dentro de una estrategia de sostenibilidad más amplia y con un plan de acción detallado y escalable.

La economía circular siempre será una buena opción para asegurar un futuro saludable y sostenible en el tiempo.

Por el impacto que causa, por sus ventajas para el mercado y la comunidad en general, por la innovación y dinamismo que ofrece, la economía circular siempre será una buena opción para asegurar un futuro saludable y sostenible en el tiempo.

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