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12, Enero 2021

Todo para después: el arte de procrastinar 

Desde hace algún tiempo es muy frecuente leer una palabra que se puso de moda: PROCRASTINAR. En esta nota te contamos qué es, por qué ocurre y qué hacer para superar esta situación.

Twitter es, de alguna manera, un registro de pensamientos para algunas personas. En ese afán de querer dejar un registro casi permanente de la vida diaria, las temáticas de esos tweets van variando y la cotidianeidad toma un lugar importante. De la mano con esto, aparece una palabra que poco a poco se fue poniendo de moda: procrastinar

Utilizada en general para hacer referencias a tareas laborales que se van posponiendo y las horas de estudio que no se aprovechan, también se han generado tweets mencionando la procrastinación para hablar de actividades de esparcimiento tales como: entrenar, salir a bailar o realizar las compras. Ahora, ¿qué significa procrastinar? El diccionario lo define como la acción de aplazar una obligación o un trabajo. 

¿Por qué procrastinamos?

Según estudios realizados, esta actitud está relacionada a la necesidad del cerebro de generar gratificación inmediata. Con ese fin, la persona opta por dejar de lado las cuestiones que lo predisponen a estar en tensión para pasar a realizar actividades que generen una distracción y con ella, una satisfacción. 

En ese sentido actividades tales como realizar gimnasia también se ven afectadas, ya que  generan satisfacción, pero a largo plazo. Muchas personas optan entonces por posponer esta acción y reemplazarla con otra que genere satisfacción inmediata como, por ejemplo: comer algo que les guste o mirar una película. 

La motivación y la concentración no siempre están presentes al momento de realizar una tarea y el estado mental que predispone a posponer las obligaciones puede venir de la mano de diferentes actitudes tales como: miedo al fracaso, la sensación de que el trabajo nos es urgente, malos hábitos desarrollados, hacer varias tareas a la vez y hasta miedo a enfrentar proyectos que son complejos y por lo tanto, pueden resultar abrumadores. 

La motivación y la concentración no siempre están presentes al momento de realizar una tarea y el estado mental que predispone a posponer las obligaciones puede venir de la mano de diferentes actitudes.

Sumado a esto, aparecen las distracciones que empujan a aplazar las tareas. Hoy abundan y muchas veces se vinculan directamente con el uso del celular: el acceso a información de forma inmediata, la posibilidad de estar en contacto con otras personas y romper barreras con la digitalización es un beneficio que, si no se controla, puede resultar contraproducente. 

¿Cómo dejar de procrastinar?

Hay quienes dicen que la procrastinación es un hábito que aprendimos y la clave es incorporar nuevos hábitos que lo reemplacen para ayudarnos a dejar de lado esta actitud. Algunos trucos recomendados son:

  1. Utilizar aplicaciones que nos permiten administrar y organizar las tareas pendientes tales como: Trello, Gmail Tasks, Any.do o Google Calendar. 
  2. Descubrir dos claves básicas: saber por qué se hacen determinadas tareas y cual es la tarea que gusta realizar. Las actividades que disgustan, se organizan en primer lugar para tacharlas del listado cuanto antes.
  3. Hacer un plan de trabajo con un formato de estructura que reúna todas las actividades realizadas en el día, no sólo las laborales. En ese plan entonces se deberían incluir actividades como: hacer gimnasia, lavar ropa, realizar las compras y hacer la comida. 
  4. Generar espacios físicos donde las distracciones sean muy pocas, esto ayudará a concentrarse en la actividad y finalizar a su debido tiempo.
  5. Implementar pequeños hábitos diarios: tender la cama o destinar un tiempo fijo para cocinar. 

Dividir el trabajo es otro de los tips que se leen habitualmente para poder avanzar en las obligaciones pospuestas. Segmentar en bloques de tareas más pequeños ayudará a finalizar progresivamente un proyecto mucho más grande y planificar el tiempo creando bloques de trabajo que no superen los 15 minutos de concentración absoluta, dejará la distracción para la pausa laboral. 

Hay quienes dicen que la procrastinación es un hábito que aprendimos y la clave es incorporar nuevos hábitos que lo reemplacen para ayudarnos a dejar de lado esta actitud.

Finalmente evitar las interrupciones será la clave para poder cumplir la tarea que se debe realizar. Como mencionamos, el celular es muchas veces el motivo de desconcentración y por esto, se recomienda activar el modo avión o silenciarlo. 

Con todos estos tips es posible ver que dejar de lado la procrastinación es un objetivo que nos debemos proponer a nosotros mismos todos los días. Así que dependerá de cada persona cambiar de hábito o… dejarlo para después. 

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