12, Enero 2021
El adiós de Black Sabbath
La banda que forjó los cimientos del heavy metal le puso punto final a una carrera cargada de éxitos, excesos, reinvenciones y, sobre todo, una influencia imborrable en la música contemporánea.
Después de más de cinco décadas marcando el pulso del rock más oscuro y visceral, Black Sabbath bajó el telón. La banda que sentó los pilares del heavy metal dijo adiós a los escenarios con un show de despedida que contó con la presencia de innumerables figuras de la música y un sinfín de momentos emotivos.
El cierre tuvo lugar en Birmingham, su ciudad natal, el lugar donde todo empezó allá por 1968. Allí, Ozzy Osbourne, Tony Iommi y Geezer Butler —el núcleo original del grupo— ofrecieron un show cargado de simbolismo, repasando clásicos como War Pigs, Crazy Train, Iron Man y Paranoid, himnos que definieron el género y que siguen resonando en nuevas generaciones de músicos y fans.

La despedida de Sabbath no es solo el final de una banda: es el cierre de una era. Su sonido sombrío, alimentado por los riffs pesados de Iommi y la voz desgarradora de Ozzy, dio forma a una estética y una actitud que trascendieron al metal. La crudeza de sus letras, muchas veces inspiradas en las calles grises de la Inglaterra industrial, hablaban de guerra, locura y alienación mucho antes de que estos temas fueran comunes en el rock.
Pero más allá de su legado musical, Black Sabbath también fue sinónimo de resiliencia. Superaron adicciones, peleas internas, cambios de formación y enfermedades graves, como el cáncer que enfrentó Iommi, sin perder su esencia. Incluso en sus momentos más oscuros, encontraron la forma de reinventarse y volver.

El adiós, entonces, no es una tragedia, sino una celebración. Pocas bandas pueden jactarse de haber cambiado la historia de la música. Black Sabbath lo hizo, y lo hizo a su manera: con ruido, con furia y con una autenticidad brutal que nunca intentaron maquillar.
Hoy, mientras sus instrumentos descansan y las luces del escenario se apagan, queda el eco de una banda que supo transformar el caos en arte. Y aunque no volverán a tocar juntos, el rugido de Sabbath seguirá vivo en cada riff pesado, en cada grito desafiante, en cada alma metalera que sepa que el origen de todo estuvo ahí, en esa oscuridad brillante que ellos supieron encender.