12, Enero 2021
La culpa es del cambio climático
Nos preocupa y nos debe ocupar el cambio climático. Para saber qué es, qué pasa en el mundo, cuál es nuestra responsabilidad y qué podemos hacer, entrevistamos a dos expertos: Ignacio Gasparri, director del Instituto de Ecología Regional y Ricardo Grau, Ingeniero Agrónomo y Doctor en Geografía.
Lluvias sorpresivas, incendios, récord de temperaturas frías en verano u ola de calor en invierno, aumento de los niveles del mar. Las noticias climáticas son recurrentes, y es porque el clima está cada vez más loco y actúa de forma inesperada.
Para entender qué pasa con el clima y los tiempos difíciles que corren para el ambiente entrevistamos a Ignacio Gasparri, actual director del Instituto de Ecología Regional (IER) y a Ricardo Grau, quien fuera su director anterior.
El Instituto de Ecología Regional (IER) dependiente del CONICET se dedica a estudiar la ecología en diferentes ambientes naturales, urbanos y agroecológicos. Entre sus amplios objetivos se destaca la divulgación del conocimiento sobre la ecología y las interacciones entre naturaleza y sociedad. En este sentido el aporte y las investigaciones de este instituto líder son claves para el país.
Ignacio Gasparri es Ingeniero Forestal de la UN de La Plata con un Doctorado en Biología de la UN Tucumán. Investigador de CONICET y docente en la Facultad de Ciencias Naturales de la UN Tucumán. Ricardo Grau es Ingeniero Agrónomo de la UN Tucumán; PhD Geography Universidad de Colorado. También es investigador principal CONICET y Profesor de Ecología del Paisaje en UN Tucumán.
Clima: balance de energía
Para comenzar Ignacio nos ubica en tiempo y espacio, “lo primero que deberíamos comprender es que el clima es algo dinámico, no es una cuestión estable, y ha cambiado a lo largo del tiempo, en escala de cientos de miles de años”.
“El clima es el resultado de un balance de energía, de aquella que llega del sol a la superficie de la tierra. Y la energía que llega es distinta según la porción del planeta en donde incide, por ejemplo, hay más energía en Ecuador que en los polos. El sistema planetario quiere compensar esos balances de energía y genera circulación de gases de la atmósfera y del agua, que funcionan como los motores del clima global”, explica el director Gasparri.
Ahora, para comprender el círculo completo, continúa, “en la atmósfera hay gases que funcionan como filtro y no permiten que la energía que ingresó, se escape en su totalidad al espacio. Esto se denomina efecto invernadero, un efecto natural y necesario para que las fluctuaciones de las temperaturas del planeta no sean acentuadas. El punto es que la actividad humana ha aumentado la concentración de ciertos gases (dióxido de carbono, metano y óxidos nitrosos) y por lo tanto, da más fuerza a ese efecto, evitando que se escape menos calor y la temperatura del planeta aumente”.
El clima está cambiando
Existe un consenso científico y las investigaciones muestran que la temperatura del planeta se aleja de lo esperado de forma natural. “En la actualidad la temperatura promedio está 1 grado por encima de lo esperable.
Y el planeta debe hacer cosas nuevas para mantener el equilibrio, y justamente el clima empieza a hacer cosas que en gran medida eran inesperadas para nosotros, y los ciclos climáticos se vuelven menos confiables modificando sus patrones. El clima está cambiando, es decir, hay un cambio climático”, sentencia Gasparri.
¿Debemos preocuparnos?
“Hay motivos para preocuparse, pero mucho más importante es ocuparse. El clima cambia, posiblemente de manera abrupta, de modo que hay que diseñar políticas innovadoras y flexibles, tanto a nivel tecnológico como social”, explica Ricardo.
Para el Dr. Grau “lo primero que tenemos que hacer es pensar/investigar/planear cómo adaptarnos al cambio, y segundo cómo posicionarnos en el ´clima´ político global respecto al tema. Esto es, adoptando una posición constructiva para el planeta, aprovechando las ventajas que provee Argentina y, en este contexto, llega el tercer punto, de cómo contribuir a mitigar ese cambio”.
A esto se suma Ignacio, aportando que “cuanto más empujemos al sistema fuera de la situación natural, el sistema hará cosas más inesperadas. Podemos esperar situaciones cada vez más extremas y frecuentes”.
¿Qué podemos hacer?
“Así como el problema es global, las soluciones también. Cada país debe elaborar su estrategia de lucha contra el cambio climático y presentar las contribuciones que espera hacer a las Naciones Unidas. Argentina fijó una meta de carbono neutralidad para el año 2050 y pretende mantener en el año 2030 las emisiones por debajo de 359 millones de toneladas de dióxido de carbono”, detalla Gasparri. En el mismo sentido Ricardo sentencia: “no podemos desentendernos del problema, ya que el cambio climático lo hemos generado los humanos como sociedad global. Argentina puede aportar desde distintos puntos de vista, por ejemplo liderando la producción de insumos claves para la transición energética (cobre y litio), repensar el subsidio del consumo de combustibles fósiles, y liderar la tecnología agrícola-ganadera que contribuya a la sustentabilidad (por ejemplo, cultivos transgénicos)”.
Desde diferentes espacios de negociación y acuerdos internacionales, se proponen dos grandes actividades: mitigación y adaptación. La primera se orienta a reducir y limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que las medidas de adaptación se basan en reducir la vulnerabilidad ante los efectos derivados del cambio climático.
Debemos pensar qué planeta queremos tener y qué podemos hacer por él, para poder habitarlo de la forma más saludable posible. El cambio climático ha llegado, pero podemos tomar una actitud activa para mitigarlo.