12, Enero 2021
Alimentación saludable en época de clases: cómo ayuda a la capacidad intelectual
Durante el ciclo lectivo, niños y niñas deben realizar diferentes actividades y regular sus horarios. La alimentación ayuda a mantenerlos activos.
Llevar una vida saludable desde niños tiene por consecuencia evitar los riesgos de sufrir obesidad y enfermedades relacionadas. Además, el órgano que más se ve afectado por lo que ingerimos, es el cerebro. De hecho, en los primeros 1000 días de nacidos, la lactancia materna exclusiva contribuye a garantizar una correcta nutrición y afianzar el entorno del recién nacido, ya que en esta etapa se desarrolla el sistema nervioso.
El rápido crecimiento del niño o la niña se ve fuertemente influenciado por su alimentación, ya que un suministro insuficiente de nutrientes origina trastornos en su desarrollo madurativo. Un estudio realizado en Inglaterra con más de 3900 niños/as de entre tres y ocho años demostró esto: los científicos observaron que quienes consumían alimentos ultraprocesados (azúcares simples y grasas poco saludables) tenían un coeficiente intelectual menor que aquellos que no lo hacían.
Desayunar, establecer un orden de comidas, incorporar alimentos como frutas y verduras y beber abundante agua, son los hábitos que favorecen el desarrollo cognitivo de los menores. Brindarles viandas saludables y planificadas, con variedad de colores (mientras más colorido sea el plato, más nutritivo es), cocinar con alimentos caseros y no pre-congelados, son buenas maneras de garantizar una alimentación saludable y contribuir así a aumentar el rendimiento en sus disciplinas.