12, Enero 2021
Los jóvenes y la “ambición silenciosa”
La creciente tendencia llamada “quiet ambition” o “ambición silenciosa”, describe a aquellos colaboradores de una empresa, generalmente de nuevas generaciones, que buscan evitar asumir roles de liderazgo o ser “exitosos” en el escalafón laboral.
Se trata de personas que no están dispuestas a trabajar de cualquier manera para lograr metas organizacionales, y prefieren roles de menor responsabilidad, priorizando la salud psicológica, emocional y obviamente la salud física.
¿No va más “darlo todo”?
La idea de que en el trabajo es importante “dejarlo todo” empieza a desvanecerse. Los jóvenes que vieron a otras generaciones exhaustas física y mentalmente han hecho un clic. Y el trabajo ya no tiene el mismo significado en sus vidas.
Según el informe “Workmonitor 2024”, elaborado por Randstad, los trabajadores están reconsiderando sus prioridades, colocando el equilibrio entre vida laboral y personal, la flexibilidad, la equidad y el desarrollo de habilidades en el núcleo de sus decisiones profesionales.
Dentro de las estadísticas que se destacan acerca del punto de ambición y motivación del informe, se señala que casi 1 de cada 4 no quiere crecer en su carrera porque está contento en su puesto (39%), y la ambición a largo plazo de la mayoría de los encuestados es un puesto estable en la empresa.
Pero eso no les impide querer prepararse para el futuro mediante la formación (72%), especialmente en áreas como la inteligencia artificial y las tecnologías de la información, que están reconfigurando los puestos de trabajo.
Con respecto al equilibrio, el 59% de los argentinos asegura que su vida personal es más importante que la laboral y el 44% afirma que dejaría un trabajo si le impidiera disfrutar de la vida.
¿Se redefine el concepto de éxito laboral?
A menudo, la ambición ha sido vista como una energía imparable que empuja a las personas hacia la cima. Sin embargo, los jóvenes de hoy, particularmente aquellos de la Generación Z y los Millennials, han comenzado a cuestionar esta narrativa.
Para muchos, la idea de éxito ya no está vinculada exclusivamente al estatus, poder o remuneración, sino más bien a la posibilidad de disfrutar de una vida balanceada, con tiempo para proyectos personales, hobbies y relaciones. Esto ha dado lugar a un cambio en las aspiraciones profesionales, donde el bienestar emocional y la flexibilidad superan la búsqueda del reconocimiento tradicional.
A simple vista, esta tendencia puede parecer desinterés o falta de ambición, pero en realidad, los jóvenes con “quiet ambition” no carecen de aspiraciones.
De hecho, muchos de ellos son profundamente apasionados por su trabajo y tienen el deseo de hacerlo bien, pero rechazan la idea de que el éxito debe estar acompañado de más poder o responsabilidades. En lugar de trabajar más para ganar más o alcanzar posiciones más altas, prefieren priorizar su tiempo, sus relaciones y su bienestar personal.