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12, Enero 2021

Hackear el cerebro

¿Nuestro cerebro se puede entrenar? ¿Cómo lo hacemos? Para responder esta pregunta, entrevistamos a Nicolás Fernández Miranda, un reconocido speaker e influencer especialista en neurociencia, y en brindar herramientas para mejorar la posibilidad de estudio, aprendizaje y memoria.

Nicolás se define a sí mismo como alguien insoportablemente estudioso. Y es que ese es el hilo conductor de su vida. “Empecé a prestarle atención al estudio en el 2001, cuando una profesora me dijo que nunca iba a ser bueno para la matemática. ¿Cómo puede ser que alguien me diga que soy malo en algo, y pueda definirme? Me di cuenta que lo único que tenía que hacer era estudiar”, así comienza su relato para dar cuenta que desde chico vio en el estudio una oportunidad. La historia termina con éxito, estudió, y aprobó matemática con 10.

Oriundo de la provincia de Jujuy, es contador público nacional y hoy le suma a su CV la enseñanza universitaria. Aquel alumno con dificultades para la matemática, se encuentra realizando su doctorado en Administración de Negocios y ha sido distinguido con una mención honorífica por obtener el mejor promedio en su carrera de Contador Público.

¿Estás estudiando algo ahora?

“Sí, siempre estoy estudiando. Por la profesión de contador es una obliga- ción, las normas cambian frecuente- mente. Pero más allá de ello, estudiar es algo que me divierte. Además del doctorado en Administración de Negocios, estoy estudiando una maestría en Neurociencias, y tengo pensado continuar con el doctorado. Además siempre estoy estudiando cómo dar mejores clases, conferencias, cómo comunicar mejor en Instagram, cómo tratar de ser un granito de arena en las cosas que yo quiero cambiar en el mundo, que es puntualmente la capacidad de estudiar”.

En sus redes sociales acumula cien- tos de miles de seguidores. Los cuales están ansiosos por escucharlo sobre qué nueva técnica se puede probar para mejorar en el estudio, aprendizaje y concentración.

“El cerebro necesita tiempo para procesar, cocinar y masticar el conocimiento”.

Mantenemos hace años la misma manera de acercarnos a los conocimientos. ¿Cómo podemos aprender nuevas formas de aprender?

“Aprendemos a aprender a los 6 años cuando todavía no sabemos absolutamente nada de la vida. Casi nunca lo volvemos a cuestionar, y es la misma forma que mantenemos hasta la actualidad. Pensá si yo te enseñara a cocinar un asado a los 6 años, claramente no es la misma forma que te enseñaría a cocinar un asado hoy. La forma es entender que se puede. Tener amplitud de mente para decir que todo esto que se sabía durante mucho tiempo en realidad no es lo único y tampoco necesariamente lo que más sirve. Existen otras formas. Dar ese paso de abrirse a que existe otra posibilidad es un montón.

El cerebro tiene habilidades entrena- bles como ser la capacidad para concentrarte, hablar en público, recordar conceptos abstractos. Pero para aprender a aprender primero tenemos que desaprender algunas cosas viejas”.

¿Cuán importante es la ciencia (neurociencia) en esto?

“Te diría sin temor a sonar extremista que es la única forma de buscar formas de aprender. Si vos querés aprender a correr, la forma correcta es preguntarle a alguien que estudió cómo funciona el cuerpo en la dinámica de la carrera. De la misma manera aprender es un fenómeno neuronal, si nosotros queremos mejorar ese proceso tenemos que aprender lo que funciona detrás.

La neurociencia si bien está aplicada en muchas cosas, aplicada al aprendizaje te dice cómo funciona el cerebro. Lo que pasa es que recién nos estamos dando cuenta que hay alguien que nos puede dar una receta para aprender”.

Hackear el cerebro ¿es una metáfora o realmente podemos hacerlo?

“No es que lo estamos hackeando en la literalidad de ´romper´ algo. Pero sí, aprendiendo técnicas con las que desbloqueamos, hackeamos un potencial infinitamente inmenso que tiene el cerebro para, por ejemplo, recordar lo que sea.

Existen herramientas disponibles al alcance que te permiten mejorar tus funciones cognitivas, sea mejorar tu concentración, realidad, memoria, tu creatividad, etc. Y la neuroplasticidad en este sentido es clave porque la plasticidad es la capacidad del cerebro de cambiar. Y antes, pensábamos que esto se frenaba después de los 21 años. Pero hoy sabemos que no se frena.

A lo largo de los años uno va perdiendo la capacidad de tener neuroplasticidad, pero no es que la pierda de un día para el otro, se va desacelerando. Pero si se entrena uno puede mantenerla durante toda la vida”.

De todas las técnicas diferentes que hay para estudiar y aprender, ¿cuál creés que es la mejor o la que recomendarías para los y las lectoras?

“Hay cientos de técnicas, y cada uno puede buscar la suya. Pero la que más recomiendo es la más sencilla de todas: hacerlo con tiempo. El cerebro necesita tiempo para procesar, cocinar y masticar el conocimiento.

Cuando estudiamos con tiempo aplicamos la técnica de la repetición espaciada: es mejor estudiar 1 hora durante 8 días, que 8 horas 1 solo día.

De esta manera, aunque la carga en términos absolutos de tiempo sea la misma, la retención del conocimiento es mucho mejor.

Y la otra recomendación es la técnica Feynman, que en resumidas cuentas es explicarle el conocimiento que acabás de aprender a alguien, pero en términos sencillos. La cuestión es que mientras antes lo hagas, más tiempo va a tener tu cerebro para consolidar ese conocimiento y menos nervioso vas a estar, por lo cual tu cerebro va a consolidar el conocimiento mejor. Es un recontra ganar ganar”.

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