12, Enero 2021
Frutas y verduras: la belleza está en el interior
Gran parte de lo que se produce a nivel mundial nunca llega a nuestras mesas, y entre varias razones, en algunas oportunidades se debe a la decisión de los eslabones de la cadena de producción y comercialización, que rechazan frutas y verduras cuando no cumplen con los estándares esperados.
La naturaleza es perfecta, y así como tal, nos brinda frutas y verduras de diferentes tamaños y colores. Pero cuando algunas de ellas no cumplen con la estética esperada, son desechadas.
Los cánones de belleza han llegado a todos lados. En un mundo obsesionado por la perfección, las frutas y verduras “imperfectas” no son la excepción. Generalmente nos podemos encontrar con forma irregular, tamaño atípico, color inusual, marcas superficiales, manchas o decoloraciones.
La tendencia que se denomina "Ugly Vegetables" o “Vegetales feos” apunta a que la belleza y la riqueza está en el interior. Y que por más que cambie su forma, tamaño o color, generalmente su sabor y los nutrientes que contiene se mantienen intactos.
El movimiento se ha popularizado en los últimos tiempos como una respuesta a la problemática del desperdicio alimentario. Y busca cambiar esta mentalidad y promover la idea de que la apariencia no debería ser un factor determinante para descartar alimentos.
El mercado de lo imperfecto
Comercializar y consumir frutas y verduras de estas características puede tener un impacto positivo: reducción del desperdicio alimentario, fomento de la diversidad agrícola y por supuesto, nuevas oportunidades económicas vinculado al aprovechamiento de recursos naturales y el ahorro económico para productores y consumidores.
Al desechar los alimentos “imperfectos”, también se desperdician valiosos recursos utilizados en su producción. Al darles una oportunidad, aprovechamos al máximo los mismos y reducimos la presión sobre el medio ambiente.
Para combatir el desperdicio alimentario, se han implementado diversas iniciativas y estrategias, que incluyen la venta de estos productos a precios reducidos, la comercialización a través de programas de suscripción, que incluyen el envío mensual de una canasta llena de estos productos, y en algunos casos ya se experimenta con aplicaciones y plataformas que conectan a los consumidores con agricultores que ofrecen productos “imperfectos”.
La próxima vez que te encuentres con una calabaza más clara de lo habitual, un pepino torcido o una zanahoria doble, elegilas en la góndola. ¡Hacé la diferencia!