Maternidad

12, Enero 2021

Maritchu Seitún: “Los primeros capacitadores emocionales somos los padres”

La Licenciada en Psicología, María Seitún de Chas (Maritchu), autora de cinco libros y gran cantidad de cuentos infantiles, especializada en orientación a padres y madres, nos cuenta sobre la forma de fomentar la crianza respetuosa y cómo promover la inteligencia emocional.

Lic. María Seitún de Chas

¿Cómo definís la inteligencia emocional?

“Es la capacidad para la empatía con uno mismo y con otros. Los primeros capacitadores emocionales somos los padres, los chicos se sienten entendidos, confían en lo que sienten y aprenden a regularse y a entender a otros”.

¿Por qué a padres y madres les cuesta decir “no”? ¿Cuál es la importancia de decir “no” a los hijos/as?

“René Spitz llamaba al ´no´ el primer organizador, de hecho los más chiquitos aprenden a decir ´no´ mucho antes que a decir ´sí´. El no de padres y madres que quieren y cuidan protege a los hijos en cuestiones de salud, de seguridad, de ética, de convivencia… Nos cuesta hacerlos sufrir y por eso nos cuesta el no, sin darnos cuenta de que no solo están mejor cuidados sino que se fortalecen aprendiendo en casa a tolerar los ‘no’, que la vida irremediablemente le va a imponer más adelante. El no encauza la energía y le da rumbo y objetivo”.

¿Cuáles son las herramientas que padres y madres deberían darle a sus hijos para contribuir a la construcción de su autoestima?

“La autoestima empieza con la mira- da enamorada de los padres y con su amor incondicional, pero sin límites adecuados (con padres demasiado per- misivos) es difícil conservar esa mirada enamorada. Esa mirada se internaliza y se hace propia y les permite a los hijos tomar buenas decisiones y apartar- se de las personas que no los quieren bien. Un consejo: aprendamos a hacer menos juicios sobre nuestros hijos e hijas, sobre sus personas (desde torpe, irresponsable… a genio, linda), usemos menos adjetivos que generalizan, y hablemos de lo que nos gusta o nos molesta puntualmente”.

¿Cómo acompañar a niños y niñas cuando atraviesan el sentimiento de frustración?

“Con mucha empatía, acompañando con palabras que los hagan sentir realmente entendidos y escuchados, podemos contarles alguna experiencia nuestra parecida y lo que hicimos, también podemos acompañarlos a ver cómo mejorar aquello que los frustró: estudiar las tablas para sacarse una nota mejor, patear penales para mejorar la puntería, etcétera. A veces sólo se trata de acompañar el dolor, porque no todas las frustraciones tienen remedio”.

¿Cómo ayudarlos a equilibrar y regular sus emociones?

“Una forma de ayudarlos es hablar de su estado emocional, con empatía, hacerles preguntas hasta entender bien lo que les pasa ya que siempre tienen una buena razón para lo que sienten (aunque nos cueste entenderla) y sólo cuando se sientan entendidos vamos a poder acompañarlos y prestarles recursos para modularlas y procesarlas”.

Límites, ¿cómo y cuándo establecerlos?

“Desde muy chiquitos empiezan los límites, al principio los sostenemos nosotros mientras no tienen la fortaleza interna para acatarlos, luego vamos incorporando consecuencias para cuando no responden, cortas, activas, reparadoras, en relación con lo que pasó, en lugar de las penitencias in- justas, arbitrarias y dolorosas que nos ponían en generaciones anteriores. Ponemos límites sin enojarnos, incluso para no enojarnos, así los chicos se acostumbran a hacer caso por amor y no por miedo”.

Respecto a los berrinches, tan comunes en los primeros años de vida de los más pequeños, ¿hay técnicas para manejarlos? ¿Cuáles?

“Son inevitables en la etapa de individuación, cuando se descubren personitas pensantes que pueden y quieren decidir. No enojarnos igual que ellos, ponerle palabras a su enojo y frustración, de hecho el berrinche es frustración extrema que no logran poner en palabras (porque son muy chiquitos para hacerlo) y con nuestras palabras van aprendiendo a hablar de ellos y con el tiempo ceden”.

¿Es importante desde nuestro rol de padres y madres, pedir perdón a nuestros hijos cuando nos equivocamos? ¿Por qué?

“El perdón nos humaniza, ¡todos nos equivocamos! No podemos pretender que ellos se disculpen si no lo aprenden de nosotros. Tampoco se trata de hacer o decir cualquier cosa y disculparnos a cada rato, somos sus padres y lastimamos a nuestros chicos, pero cuando nos equivocamos es un gran recurso, y muy sanador para ellos”.

Padres y madres que trabajan muchas horas fuera de casa pasando menos tiempo con hijos/as, ¿cómo manejar la culpa?

“Los invito a cambiar la culpa por responsabilidad: hacernos cargo y encontrar formas de reparar, compensar nuestra ausencia. La culpa nos lleva a tomar malas decisiones, no así la responsabilidad”.

¿Cómo un adulto a cargo/ cuidador puede ayudar a transitar las emociones a un niño/a cuyos padres/ madres se encuentran ausentes por distintas razones?

“Hablando de esos padres ausentes, contándoles dónde están, recibiendo llamadas de ellos, jugando que se van de viaje, o conversando de los motivos. Con los más chiquitos más juego, con los mayores más charla”.

Preadolescencia y adolescencia, ¿cuál es la forma de acompañar a los jóvenes sin invadirlos? ¿Cómo brindarles confianza y seguridad?

“Hablo de vigilia, no vigilancia, padres atentos y despiertos, que no se dejan ´pasar´ por sus hijos más vivos que ellos, de todos modos tenemos que permanecer cerca hasta estar seguros de que pueden cuidarse solos, ya sea jugando a la playstation, con el celular, en la juntadas. Son chicos y no siempre van a tomar buenas decisiones si los dejamos solos”.

Compartilo en: