12, Enero 2021
Camila de Pamphilis: “Nuestro objetivo es humanizar y personalizar cada vez más la salud”
“Ávida e inquieta, muy preocupada por la sociedad” como ella se describe, Camila de Pamphilis es una promotora de la innovación social. En su afán por reducir las inequidades y democratizar el acceso a la salud de alta calidad, desarrolló un software que, mediante un algoritmo de inteligencia artificial, estudia las diferencias imperceptibles al ojo humano en imágenes mamarias. Un sistema de diagnóstico que aumenta las posibilidades de detección de cáncer de mama en estadios tempranos.
Su invención traspasó las fronteras: Camila fue reconocida como una de las 100 Visionarias en Salud, un premio otorgado por el Foro Internacional de Avances en Salud de Estados Unidos. Para conocer más sobre su trayectoria profesional y su proyecto innovador, dialogamos con ella.
“Estuve viviendo un tiempo en Nueva York y, cuando volví, me encontré con la necesidad de hacer algo por la comunidad, usar todo mi conocimiento, volcarlo de alguna manera en nuestra sociedad”. Aspiración que la llevó a trabajar en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ocupando diversos cargos en las áreas de Ciudades Inteligentes y Ciencia y Tecnología, desarrollando herramientas para la digitalización de operaciones adversas al cambio.
“Después de algunos años me encontré con que el sector público era un poco lento para mi necesidad y proactividad. Soy un poco inquieta así que me aboqué al sector privado con la idea de seguir generando un impacto social, pero desde un lugar donde yo pueda tener mayor incidencia y control de los tiempos y de las acciones”. Así fue como Camila se unió a Mamotest, la primera red de telemamografías de Latinoamérica que tiene como objetivo central reducir drásticamente la mortalidad del cáncer de mama. “Hace dos años comenzamos con el desarrollo de una nueva plataforma que es parte de un movimiento mucho más grande, Mamotest, que buscar salvar vidas democratizando el acceso de salud de calidad”.
¿Qué te llevó a comprometerte fuertemente con la lucha contra el cáncer de mama?
“Más allá de algunas experiencias cercanas que siempre nos movilizan, fui teniendo contacto en mi paso por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con algunas mujeres sobrevivientes de cáncer de mama que estaban llevando adelante un proyecto súper enriquecedor y empecé a involucrarme un montón. Ver la motivación y la energía de estas sobrevivientes. Ahí se empezaron a cruzar algunas cuestiones, trabajar por las diferencias y las inequidades en cuanto a género, incidir en el impacto social que es lo que principalmente me moviliza, buscar de qué manera se puede usar la tecnología como herramienta para humanizar la salud, eso siempre me atrajo.
Se atravesaron varios intereses que hoy están representados en esta solución, pero me encantaría poder llevarlas a muchas otras”.
¿Cómo surge la idea de diseñar el software? ¿Cómo fue el proceso de creación?
“La solución se enfocaba en conectar centros de salud que social o geográficamente estaban aislados o que no tenían tecnología, con médicos especialistas que puedan garantizarnos que el diagnóstico realizado sea efectivo y temprano.
Una de cada ocho mujeres tiene la probabilidad de contraer cáncer de mama y el 90% se salva si es detectado en un estadio temprano. Las tasas son muy altas. Hoy Argentina es el segundo país en América Latina con mayor tasa de mortalidad por cáncer de mama. Creímos que la solución estaba clara y había que darle prioridad en agenda, un empuje, hacer que se concrete”.
“Una de cada ocho mujeres tiene la probabilidad de contraer cáncer de mama y el 90% se salva si es detectado en un estadio temprano. Las tasas son muy altas. Hoy Argentina es el segundo país en América Latina con mayor tasa de mortalidad por cáncer de mama”.
“En primera instancia, llevamos mamógrafos de última generación, digitales o con tomosíntesis, a centros de salud sin tecnología o ciudades que directamente no contaban con estos espacios. Generamos campañas de concientización y trabajamos también en la legislación para promover que las mujeres se puedan hacer estos estudios de manera anual y, a través de un sistema que en un principio era tercerizado, enviábamos las imágenes de esos centros a través de internet y lo conectábamos con una red de médicos, especialistas en diagnóstico mamario que podrían estar desde cualquier lugar del país o del mundo. Estos profesionales de manera digital y remota generan los informes en 24 horas y los devuelven al centro de origen.
Esta fue la solución en la que estuvimos trabajando estos últimos ocho años, pero hace dos busqué la forma de involucrarnos mucho más. Independientemente del diagnóstico que pudiésemos hacerle a la mujer, queríamos garantizarnos que, efectivamente, accediese a un tratamiento oncológico temprano, y así encauzar su enfermedad. De ahí fue que comenzamos a complementar nuestros sistemas de información”.
¿Cómo funciona este sistema?
“Comenzamos a trabajar en este software diseñado de una forma de muy fácil usabilidad con la idea que lo manejen médicos, pacientes y centros de salud. En paralelo veníamos desarrollando un algoritmo de inteligencia artificial que, si bien se complementa con el diagnóstico médico, hace mucho más eficiente este proceso.
En estos años informamos alrededor de 360 mil pacientes, todas estas imágenes que ya estaban informadas se usaron para enseñarle al algoritmo a distinguir hallazgos que puedan ser potencialmente malignos para que en cuestión de segundos tome la imagen original y le indique al médico cuáles son las zonas de región de interés (así se denominan), que es donde el algoritmo determina que puede haber una sospecha.
De esta manera, de cada 100 estudios que informa un médico, solamente dos tienen hallazgos malignos en la metodología de tamizaje, de screening mamario entonces podemos garantizarnos que el profesional tenga el ojo mucho más afilado a estudios que efectivamente son de riesgo versus las otras 98 imágenes que las pueden hacer de manera más rápida y simple. Así aumentaríamos la calidad de diagnóstico y la cantidad de estudios que hace un médico por día bajando costos que puedan después traducirse al sistema de salud”.
Estamos entonces ante un desarrollo que tiene múltiples ventajas respecto a la metodología tradicional como la mamografía o ecografía mamaria. ¿Cuáles son los beneficios de la implementación?
“Sí, por eso queremos contagiar este sistema porque reduce muchísimo los costos y aumenta la calidad y la eficiencia. En menos de 24 horas los estudios están realizados. De ahí la importancia de su implementación en un país como Argentina donde el 70% de los mamógrafos son analógicos, una tecnología que está prohibida en Estados Unidos y en países desarrollados porque reduce drásticamente la capacidad de detección en estadios tempranos.
Como nuestro sistema requiere de imágenes digitales buscamos promover la digitalización del sistema de salud que, confiamos y podemos dar garantía, es mucho más eficiente en términos de calidad, vida de pacientes, económicos, es una inversión redituable”.
Al poner en marcha este software, ¿cuáles son los resultados que identificaron?
“Atendemos alrededor de 60.000 pacientes por año, de los cuales solamente el 2,8% son pacientes de riesgo, es decir, tienen hallazgos potencialmente malignos. De ese 2,8%, el 87% tiene efectivamente cáncer de mama y de todas las pacientes que fueron diagnosticadas con cáncer a través de Mamotest logramos que el 90% acceda a un tratamiento que les pueda salvar la vida.
Este trabajo requiere una articulación total con pacientes y con médicos por lo que tenemos un sistema que, a través de la plataforma y personalmente, nos comunicamos con cada una de estas pacientes de riesgo y con los profesionales que las tratan para poder ver su evolución y garantizarnos de que hayan llegado a un tratamiento. Nuestro objetivo es humanizar y personalizar cada vez más la salud y entendimos que la tecnología es una herramienta fundamental para hacer esto de manera masiva”.
“Nuestro objetivo es humanizar y personalizar cada vez más la salud y entendimos que la tecnología es una herramienta fundamental para poder hacer esto de manera masiva”.
¿Considerás que hay conciencia en la sociedad por parte de las mujeres sobre la importancia de los chequeos médicos de rutina?
“Creo que falta muchísima concientización. Hay diferentes variables que llevan a que las mujeres no se hagan este estudio, muchas veces por miedo, por esta soberbia de ´a mí no me va a pasar´ y también hay mucha falta de acceso. Por eso lo que buscamos con Mamotest es brindar una solución integral que aborde el problema en su totalidad.
Cuando nace este proyecto lo primero que hicimos fue identificar cuáles eran las barreras que separaban a las mujeres de un diagnóstico temprano. Y nos encontramos con falta concientización por eso realizamos campañas a lo largo de todo el año y a través de todos los canales tanto digitales como offline. También hay una falta de legislación o políticas públicas que inviten a las mujeres a hacerse este tipo de estudios y ahí en todas las provincias donde operamos, presentamos un proyecto de ley que le da a las mujeres uno o hasta dos días libres para hacerse estudios ginecológicos.
“De todas las pacientes que fueron diagnosticadas con cáncer a través de Mamotest logramos que el 90% accedan a un tratamiento que les pueda salvar la vida”.
Por otro lado, la falta de tecnología. El 70% de los mamógrafos son analógicos y nosotros tratamos de trazar el estándar en mamógrafos digitales que aumentan un 60% la capacidad de detección de un cáncer en desarrollo. Sumado a esto, la falta de médicos especialistas entrenados para hacer diagnóstico mamario. Las mujeres en el interior del país o en ciudades chicas lamentablemente, los médicos por búsquedas de oportunidades terminan yéndose de esas ciudades y por más que estas mujeres puedan hacerse el estudio las termina informando un médico clínico, un médico generalista que no tiene el ojo entrenado para detectar imágenes. Entonces nuevamente se vuelve a reducir su capacidad de detección en un estadio temprano que es fundamental. Y ahí nosotros buscamos acercar tecnología y a través de esta red, de este software, acercar a médicos especialistas para que, desde cualquier lugar del mundo, puedan informar esas imágenes”.
“El 70% de los mamógrafos son analógicos y nosotros tratamos de trazar el estándar en mamógrafos digitales que aumentan un 60% la capacidad de detección de un cáncer en desarrollo“.
¿Y la pandemia cómo influyó en estos controles periódicos?
“Un 68% de mujeres dejaron de hacerse sus estudios anuales mamarios por cuestiones pandémicas. Si bien tuvimos algunas limitaciones en este contexto, buscamos que estos números no suban ni lleguen porque lamentablemente el cáncer no espera, con o sin pandemia sigue avanzando”.
¿Tenés nuevos proyectos planificados para el futuro?
“La verdad es que sí. Nosotros diseñamos este software manteniendo el foco en las cosas que fuimos encontrando en estos ocho años de implementación de telediagnóstico y de salud de alta calidad. El nuevo sistema se encuentra diseñado para poder brindar esta misma solución a todos los tipos de diagnóstico por imágenes y a otros estudios también.
Recientemente cerramos nuestra primera ronda de inversión que nos va a permitir expandirnos de manera mucho más fácil y eficiente; buscamos llegar a toda América Latina con esta solución.
Nuestro foco es generar un cambio sistémico en la salud a partir de este recorrido, identificando un montón de problemas donde vemos que la solución está clara, por lo que plantear una solución flexible es fundamental y así vamos a poder llegar a cada rincón del mundo y a todo tipo de estudio que pueda democratizar el acceso de salud de calidad a toda la población”.