12, Enero 2021
Educación: la importancia de la participación de la familia
En el camino de la educación de niños y niñas, la participación activa de madres y padres desempeña un papel fundamental. Tanto docentes como progenitores deben compartir la responsabilidad de enseñar y acompañar a los más pequeños en el ciclo escolar.
Tal como lo expresan los profesionales, es en el hogar donde se sientan las bases del desarrollo integral de los niños. Por eso es importante que los adultos puedan, en primer lugar, apoyar emocionalmente y dedicar tiempo a acompañar a sus hijos para que el proceso educativo se fortalezca desde el amor y la confianza.
Sugerencias para poner en práctica
Establecer un diálogo abierto y respetuoso: asistir a las reuniones, compartir inquietudes y observaciones, consultar y sostener una comunicación periódica con los docentes y directivos del establecimiento educativo.
Participar en actividades escolares: acompañar a los hijos en las actividades extracurriculares, actos y eventos escolares es fundamental. De esta forma no sólo demuestra el interés, también refuerza la conexión entre el hogar y la escuela.
Crear rutinas: las rutinas son vitales para el desarrollo y el crecimiento de los más chicos, ya que los ayuda a anticiparse a las actividades diarias y les proporciona mayor tranquilidad, seguridad y bienestar reduciendo los niveles de estrés.
Encontrar un espacio para el estudio: se trata de un sitio libre de distracciones, adecuado para el buen desempeño de las actividades, un ambiente agradable que propicie la concentración.
Colaborar en las tareas: intervenir sin controlar. Esto contribuye a reforzar la comprensión de las consignas y a promover las habilidades de trabajo en equipo. Se trata de lograr que puedan hacer las cosas de manera independiente pero sabiendo que, siempre, sus padres están cerca para lo que necesiten.
Promover la autonomía y la resiliencia: los adultos deben enseñar a los más pequeños a buscar ayuda cuando lo necesiten, a dialogar abiertamente sobre sus preocupaciones e inquietudes, a manejar los desafíos, a asumir las responsabilidades en su aprendizaje. Al principio, y hasta que logren hacerlo por sus propios medios, es necesario ayudarlos a armarse un plan y priorizar sus tareas.
Es importante que los adultos puedan apoyar emocionalmente y dedicar tiempo a acompañar a sus hijos en el proceso educativo.
La participación activa de los padres en la educación escolar significa mucho más que colaborar con las tareas. El involucramiento implica un compromiso constante para que los niños y las niñas se sientan acompañados en el camino del aprendizaje.