Chantal Abad: “Hoy hay un interés genuino en la alimentación”

Chantal Abad no solo transmite calidez desde las pantallas en ciclos televisivos o en las redes, sino también al hablar. La reconocida chef y hoy una de las caras visibles de Cocineros Argentinos (TV Pública), elige una filosofía de vida que traslada armonía y esa sensación de tranquilidad que da estar en el lugar y momento correctos.

Trabajadora, simpática, desenvuelta y cargada de conocimientos. Así se la ve, y no es casual, sino fruto de años de formación y dedicación. Desde muy chica tuvo claro a qué quería dedicarse y no se equivocó.

También apasionada del teatro, lo que estudia desde joven, puede decirse que hoy combina ambas vertientes en sus proyectos.

“Estamos programados desde hace muchos años para consumir de determinada manera y reprogramarnos es todo un trabajo”

“Creo mucho en el don natural de cada uno. Creo que cada uno tiene algo que le es nato, sencillo, con lo que se siente cómodo, con lo que le nace o surge”, cuenta en una charla distendida con Vida & Salud, en la que también deja ver un costado más espiritual, bajo el que analiza su presente.

“No soy religiosa”, aclara, “pero sigo mucho al taoísmo y al budismo”, explica Chantal. “Hay un concepto que se llama ‘wu wei’, que quiere decir algo así como ‘dejá que suceda’, no fuerces. Y yo creo que estoy abierta a lo que suceda. Sin forzar nada. Siento que a lo que ocurra de manera natural, soy permeable. Y fui llegando un poco así”, reflexiona sobre su actualidad.

Nuevos hábitos y nueva conciencia: la forma de encarar la cocina

Las reflexiones, repensarse y ser consciente de los pasos que da no son algo nuevo para Chantal. En ese sentido, según relata y muestra en sus redes, también encara la cocina, con hábitos sustentables y consumo responsable.

“Hay una toma de conciencia generalizada que hay que hacer. También entiendo que un comunicador tiene toda la parte bonita de tener llegada y esa parte masiva, entiendo que todo rol tiene una responsabilidad”, apunta. “Cualquier cambio de hábito es un montón. Estamos programados desde hace muchos años para consumir de determinada manera y reprogramarnos es todo un trabajo”, dice. “Esto en la alimentación como con la vida en general”, aclara.

Así como se incorporan nuevos hábitos y hoy se ve una mayor cantidad de información vinculada a la alimentación disponible, el público consumidor de este tipo de contenidos también se modificó y, según coincide Chantal, amplió.

“Me parece maravilloso, es un cambio que se viene gestando hace varios años y hay muchos cocineros, colegas que tienen que ver muchísimo en eso”, opina. “Hay un resurgimiento de valorar a los pequeños productores locales, al producto nuestro. Durante muchos años siento que tuvimos la mirada puesta en que si venía de afuera era mejor. Porque tal vez tampoco había tanta variedad, pero de repente nos empezamos a dar cuenta de que tenemos de todo”, sostiene.

“Además pienso que hay un interés genuino de la gente, desde la salud y desde el paladar, de comer más rico y de prestar atención en lo que estamos ingiriendo”, agrega.

En esa línea, cuenta que la pandemia jugó un rol fundamental, a modo bisagra, lo que también la llevó a utilizar las redes con más frecuencia y dedicación. “Hoy son mi canal más directo con la gente. Pero no era muy digital. Tuve durante mucho tiempo mi Instagram privado, hasta que un día me agarró una fotógrafa y me dijo que estaba loca. Lo puso público y ahí empezó todo”, recuerda.

Además de convertirse en un trabajo, Instagram pasó a ser una forma de servicio, según relata. “Con la pandemia le encontré una función, una utilidad real. Me topaba con gente pidiendo consejos, que no sabía cómo cocinar, que no podía salir a comprar, que nunca había cocinado en su vida y de repente tenía a 3 chicos desayunando, almorzando y merendando en la casa, todo junto”, relata.

“Hay un terreno ganado en la gastronomía que es maravilloso”

Si bien Chantal se hizo conocida en televisión abierta de la mano de Gerardo Rozín, con el ciclo Morfi, en Telefé, y desde allí se la pudo ver en diferentes ciclos televisivos, desde sus 18 años inició un camino que no se vio en la pantalla.

Desde muy joven se movió en cocinas y en el ambiente gastronómico y nunca paró de trabajar. Hoy reconoce y destaca que los cambios en el sector no solo se dieron en cuanto a la masividad del público, sino también “puertas adentro”.

“Hay algo de lo que pasaba antes, y que estaba totalmente naturalizado, que era escuchar expresiones como ‘derecho de piso’, la idea de que ‘sos el nuevo’, o ‘callate porque recién entrás’”, enumera. “Ese ninguneo, la burla, y más siendo mujer, siento que cambió mucho. Hay un terreno ganado que es maravilloso en la cocina. Que tiene que ver con un cambio de paradigma como sociedad”, considera.

“Si bien sigue siendo súper machista, no se puede ni comparar con lo que era hace 20 años cuando yo arranqué”, aclara.