12, Enero 2021
Ha nacido el “homo hogareño”
Invitamos a Mariela Mociulsky para indagar sobre cuáles fueron los hábitos y prácticas que más cambios sufrieron en contexto de pandemia, y cuáles de esos cambios llegaron para quedarse.
Mariela Mociulsky, quien se presenta en su cuenta de Twitter como “CEO de Trendsity, consultora de investigación y tendencias. Presidenta de SAIMO. Emprendedora y viajera. Amo las largas conversaciones, odio los audios largos”, es a quien elegimos para que nos cuente sobre los cambios que enfrentamos este último año.
La licenciada en psicología completa su perfil con una vida dedicada a la docencia, investigación, innovación y tendencias de alcance regional, una voz clave para poder entender qué está pasando a nuestro alrededor.
A más de un año de pandemia, que nos modificó en muchos sentidos, ¿visualizás cambios de hábitos de los consumidores?
“Sí, claro. Frente a un contexto inesperado, el 2020 se caracterizó por ser el año de las sorpresas y de los cambios de hábitos, y con el surgimiento de la pandemia vimos también el surgimiento de un nuevo consumidor.
Seguramente seguirán vigentes hábitos como el mayor distanciamiento social (fuera de cada burbuja de confianza e intimidad), el uso de tapabocas, la aceleración de la digitalización y las nuevas propuestas a partir de la tecnología, la educación y la medicina a distancia. Siempre buscando un equilibrio y poder tramitar la preocupación, el cansancio, y el desbalance de la tecnología versus la presencialidad.
Y también sabemos que aunque se consolidan tendencias queda abierto el interrogante de su supervivencia una vez que se haya logrado ganar la batalla contra el COVID-19”.
¿Cuáles son los principales cambios de hábitos que se visualizan?
¨El que debemos indicar como principal, es el e-commerce. Comprar
tecnología, indumentaria y calzado ya era costumbre en Argentina, pero adquirir alimentos no era tan frecuente. En este sentido, la pandemia aceleró un canal de aprovisionamiento, que en meses avanzó lo que hubiera tardado cinco años, según los expertos.
Y en ese sentido, también podemos mencionar las compras de cercanía que fueron un boom impensado para los almacenes y comercios de barrio, que fueron los elegidos con el fin de salir lo más cerca del hogar posible.
Por otro lado, la fragmentación social se profundizó con base en la crisis de desempleo, por la inactividad casi total a la que quedaron compelidos vastos sectores como la gastronomía, el turismo y la hotelería entre los más perjudicados. Y la digitalización (de todo) ensanchó la brecha digital en la Argentina, dejando a un lado a una amplia porción de la población, sin recursos económicos para hacer frente a las modalidades emergentes de consumo, educación, esparcimiento, salud.
“La digitalización (de todo) ensanchó la brecha digital en la Argentina”.
Otro punto clave, fue la resignificación del rol de las mujeres, que encerradas en casa tomaron una actitud multitarea, dando respuestas como empleadas, organizadoras de sus hogares, como auxiliares de maestros y profesores, servicio técnico, delivery, etc.”.
Lo mencionaste con anterioridad, de estos cambios ¿cuáles creés que puedan ser permanentes?
“Lo que se observa en este contexto, es que los ambientes comerciales, empresarios y educativos se vaciaron, al tiempo que los hogares se llenaron y se reconvirtieron en refugios, donde empezaron a transcurrir las actividades laborales, recreativas, educativas, sanitarias.
Entonces, donde antes tenían acceso irrestricto los protagonistas de la radio y la televisión, de pronto los invadieron maestros, profesores, médicos, personal trainers, ejecutivos, jefes y colaboradores. Nació y se consolidó el ‘homo hogareño’, como lo hemos ido marcando desde nuestras investigaciones de campo en Trendsity, no por el disfrute de serlo, sino por no tener alternativa.
Acorralados por el coronavirus, cada persona sostendrá conductas y hábitos aprendidos en 2020. Y los hogares se consolidarán como refugios tecnológicos. La educación, la salud, el consumo masivo seguirán siendo prioritariamente virtuales. Las actividades físicas, las prácticas religiosas, los eventos culturales deberán seguir buscando las mejores formas de conectarse. Y quienes se convertirán (ya está sucediendo) en los grandes ganadores son los espacios abiertos, ante la tendencia urgente de hallar ocasiones de reencuentro y socialización al aire libre”.
“Acorralada o limitada por el coronavirus, cada persona sostendrá conductas y hábitos aprendidos en 2020”.
Previo a la pandemia, ya se analizaba que los consumidores buscan cercanía y seguridad de las marcas que eligen. ¿Qué se espera de una marca?
“El mundo de los negocios siempre busca adaptarse para no perder el terreno conquistado o para conquistar ese terreno que otros van dejando. Y en el 2021 los equipos de marketing y publicidad enfrentan como principal desafío la demanda de respuestas.
Hoy el consumidor necesita sentir que hace pie, que puede consolidar lo que a tientas pergeñó cuando arreciaba la pandemia. El consumidor quiere respuestas. Así, las propuestas de valor de empresas y marcas deben atender demandas que han dejado de ser emergentes, para tener carácter de constantes.
Y algo fundamental, en tiempos donde se demanda transparencia, es el compromiso genuino en pos del medio ambiente. La propuesta de valor de la marca o la empresa implica atender la valorización creciente de la sustentabilidad y la preocupación por el bienestar social. Si cuentan con la alternativa de elegir, una gran parte de los consumidores se decide por marcas que se preocupen y hagan un aporte por el medio ambiente y por la sociedad donde están insertas”.