12, Enero 2021
Pachu Peña: “La gente necesita reír, como válvula de escape”
El consagrado humorista se ganó un lugar en los hogares argentinos a lo largo de una carrera de más de 30 años. El 2021 lo encontró participando en formatos en los que se luce por primera vez, siempre con gran aceptación del público. Transparente y divertido, asegura que disfruta los desafíos.
Si hay una particularidad que identifica a Pachu Peña, y que todo argentino reconoce, es su risa. Espontánea y contagiosa se transformó rápidamente en parte de la marca personal del actor que, con el paso de los años, encara desafíos, se renueva y refuerza un vínculo con el público que se volvió inoxidable.
Con 30 años de carrera en los medios, el humorista asegura que no cambió su forma de ser desde los inicios en su Rosario natal. “Soy una persona común y corriente, que disfruto el trabajo que tengo”, dice a Vida & Salud en medio de un año que lo exhibió desde espacios completamente nuevos: inició entre telas y agujas en Corte y Confección (eltrece) y lo atraviesa en la pista de baile más famosa en La Academia, de ShowMatch.
Pachu, que en realidad es José María Peña, lleva su apodo desde muy chiquito. Fue su mamá la que, por encontrarlo parecido a un bebé llamado “Pachuli”, de una película francesa que le gustaba, lo “rebautizó” cariñosamente.
Aunque siempre le gustó actuar y hacer reír, pasó por varios empleos, desde cadete en una casa de fotografía, administrativo contable y empleado en una fábrica embotelladora, hasta que encontró el camino que lo consagraría como artista. El destino hizo que a principios de los ‘90 conociera al actor Luis Rubio, que protagonizaba junto a Pablo Granados el ciclo Propuesta Joven, en la televisión rosarina. Como Pachu miraba el programa, les acercó algunas propuestas que hicieron que al año siguiente, Granados lo convocara para trabajar en un nuevo formato, juntos.
El resultado fue exitoso y lo demás, es historia conocida. La dupla no se separó, sino que su fuerza como artistas creció al ritmo de su amistad. Tras su llegada a Buenos Aires y el salto a la TV de aire de la mano de nada menos que Mario Pergolini y luego de Marcelo Tinelli, se ganaron el cariño y respeto de los televidentes. “Pablo es como un hermano, no me voy a cansar de decirlo y seguimos haciendo cosas siempre. Nos vemos y hablamos casi todos los días”, asegura Pachu sobre ese vínculo.
“Formamos una dupla querida, que funciona y seguimos haciendo proyectos constantemente. Nos gusta trabajar juntos, nos divertimos y encima nos pagan: negocio redondo”, dice.
La actualidad lo encuentra a los 58 años casado, con cuatro hijos, y con una agenda cargada: actividad intensa desde el inicio del año, ensayos, programas en vivo, notas, y además cumple un rol como comentarista en un programa de juegos en la señal Playboy TV. Sin embargo, es dueño de una amabilidad que lo lleva a dedicarse y responder la gran mayoría de los mensajes o pedidos que llegan a través de las redes, sobre todo por Twitter, según admite.
¿Qué valores se mantienen de aquellos inicios en Rosario?
“No cambié mi forma de ser. Como siempre digo, soy una persona común y corriente que disfruto del trabajo que tengo, que me tocó, que busqué y se me dio. Pero fuera de eso soy como cualquier otro. A veces estás arriba, en el medio, abajo, bajás y subís, esto es así. Pero hay que tenerlo todo claro, mantener los pies sobre la tierra, los mismos valores y gustos. Mostrarse transparente, creo que es lo que le gusta a la gente también, que me conoce hace muchos años. Otra cosa que no ha cambiado es ese niño que llevo adentro que me hace hacer algunas locuras en la televisión”.
“Siempre busco el lado positivo; me preocupo por cosas que realmente valen la pena, no por pavadas. Si hay un problema, hay cosas que se van a solucionar y otras que no”.
Te animaste a participar en Corte y Confección Famosos ¿Te sorprendiste por la repercusión? Fuiste uno de los participantes más queridos por el público…
“Me gustó el desafío cuando me llamaron. Yo tenía pensado el año pasado, cuando Marcelo (Tinelli) iba a arrancar con el humor, hacer la parodia del programa. Algo parecido pero en tono humor, había quedado la idea dando vueltas y después me llamó una de las productoras del programa para convocarme para la edición de famosos. Me gustó la idea y ya sabía más o menos lo que iba a hacer.
Nos daban un curso de tres clases, de las cuales pude ir a una sola, por otras cuestiones laborales que tenía y ya sabía que no era lo mío tampoco pero que iba a tratar de divertir a la gente, que era lo que más me interesaba”.
¿Te gustaría hacer algo distinto, algún papel más dramático?
“Sí, estoy esperando eso. Me gusta ese tipo de desafíos, mostrarme de otra manera, que me conozcan no siempre desde el humor, divirtiéndome. Hay algo dando vueltas que todavía no está cerrado pero ojalá se dé porque sería interesante salir del humor y que digan ‘mirá, puede hacer esto también’, o no, ‘lo hace mal’ ”.
¿Cómo te sentís en este presente en La Academia? Se te ve muy bien en la pista.
“Hay trabajos que exigen más que otros y este es uno que exige mucho porque se te pasan los días muy rápido: tenés ensayo de un baile y enseguida tenés que ir pensando en el próximo que viene. Además hay que ir armando cosas paralelamente. Es como que entrás y entregás la vida. Demanda mucho tiempo y entrega pero lo disfruto un montón.
Hay bailes que yo ni conocía, como el ballroom, que es algo totalmente distinto, estás saltando de un lado para el otro, tenemos prueba de cámara y después el vivo.
Yo no soy bailarín y voy tratando de aprender y hacer muchas cosas a la vez: hacer bien la coreografía, cosa que es difícil, pero a la vez quiero que sea divertido y que guste a la gente. Además estoy con una número uno que es Flor Díaz y también trato de no pifiar por respeto a ella y al coach. La presentación pasa muy rápido, es un minuto treinta y cinco que vuela y después te relajas un poco”.
“No cambié mi forma de ser. Como siempre digo, soy una persona común y corriente que disfruto del trabajo que tengo, que me tocó, que busqué y se me dio”.
¿Qué significa para vos volver a estar con Marcelo Tinelli? ¿Te remite al viejo “VideoMatch”?
“¡Sí! Cuando salgo y lo veo a Marcelo se me vienen miles de recuerdos a la cabeza. Pasaron muchos años igualmente y hoy me toca estar desde otro lado, no del humor, pero siento esa afinidad que nunca cambió, que sigue latente. Me divierto mucho cuando lo veo riéndose y a él le pasa lo mismo. Esas cosas que eran de antes, las vivimos un poco hoy. Me siento muy cómodo pero eso no quita que si me tienen que rajar me van a rajar”.
Hiciste humor con casi todo, pero hoy ha evolucionado, ¿Cómo vivís este cambio en la sociedad?
“Hoy en día creo que hemos evolucionado para bien. Obviamente hay un humor que no va más, pero vamos adaptándonos. No solo hay que cuidarse al hacer reír sino también al hablar, en general, porque sin querer a veces uno mete la pata y después eso te puede costar muy caro”.
Hacer reír no es tarea fácil, y menos, en tiempos de pandemia. En este contexto, un fenómeno que resurgió e hizo circular el nombre de Pachu en las redes repetidas veces el último año reafirmó que la vigencia no se pierde. Principalmente durante la cuarentena, muchos eligieron entretenerse con videos de VideoMatch y Sin Codificar, otro exitoso ciclo del que formó parte durante diez años. “Notamos que pasó eso, hubo como un resurgimiento en los jóvenes sobre todo, a los que por ahí yo no tenía acceso, o no me tenían. Fue un redescubrimiento para muchos, que se volcaron a las redes, a buscar contenido de humor, fue un boca a boca que resultó muy positivo y productivo, lo disfruto”, expresa.
“Hace poco me dijeron que era muy querido en el mundo Twich y yo no tengo. Pero bienvenido sea, me encanta. A cuanta más gente le llegue lo que hacemos, mejor. Ahora varió mucho la forma de ver televisión: con el celular, se puede tener todo condensado, en la computadora o tablet”, agrega.
¿Sentís que es una responsabilidad hacer reír en estos tiempos difíciles?
“Sí. Hace falta reírse, estamos pasando momentos muy difíciles en lo que respecta a la salud, todos hemos perdido un ser querido, o tenido a alguien enfermo, más la situación económica que trajo el encierro, pérdidas de trabajo. La gente necesita una válvula de escape de donde se pueda divertir y encontrar una salida”.
Si bien tu risa es lo que más conocemos de vos, ¿Cómo sos en la diaria? ¿Abunda la carcajada para afrontar los días difíciles?
“Siempre busco el lado positivo; me preocupo por cosas que realmente valen la pena, no por pavadas, no soy de tener enemigos ni de pelearme. Y también eso trato de aconsejar. Si hay un problema, hay cosas que se van a solucionar y otras que no. Yo tengo muy en claro las que no tienen solución. No sé si son mis años…pero por eso siempre, la sonrisa”.
“La gente necesita una válvula de escape de donde se pueda divertir y encontrar una salida”.
¿Pensás que por eso también el público te tiene tanto cariño?
“Creo que me sienten uno más de la familia, que entró a su casa por la tele y caigo bien. Igualmente no a todo el mundo, porque por supuesto no a todos les gusta lo que hago. Pero me conformo con la gente que me brinda cariño en las redes o en la calle”.