12, Enero 2021
Planificar para disfrutar
En un mundo donde las primeras impresiones son fundamentales, dialogamos con Fernanda Badía, reconocida especialista en ceremonial y protocolo con más de 24 años de experiencia. La profesional comparte sus recomendaciones para ser buenos anfitriones sin necesidad de gastar una fortuna, permitiéndonos disfrutar de cada momento.

Históricamente, las normas de ceremonial y protocolo fueron vistas como un conjunto de reglas arcaicas, asociadas con rituales anticuados, reservadas para una élite reducida. Sin embargo, Fernanda nos hace ver que estas pautas son mucho más que meras formalidades, que pueden estar a nuestro alcance sin pertenecer a la realeza.
“Por más que mucha gente pueda decir que el ceremonial y protocolo aleja y está relacionado a las monarquías o simplemente a personas de altos recursos, confieso que me sentí muy incómoda en casas lujosas y muy a gusto en hogares más humildes. La educación y el ceremonial no dependen del dinero. En mi cuenta de Instagram @recibirencasa, cualquier persona puede acceder y conseguir esa información de forma gratuita”, explica.
Al profundizar en el concepto de ceremonial, nos dice: “El ceremonial acerca, no aleja; simplifica y nos brinda seguridad. Escucho a muchas personas en puestos importantes que al llegar a un evento donde van a comer, comienzan a experimentar inseguridades y miedos. Dejan de poder conversar naturalmente y de ser ellos mismos, preocupándose por el cubierto adecuado o la postura que deben mantener”.
La especialista también reflexiona sobre la importancia de sentirnos cómodos en nuestra vida diaria. “Si disfrutamos de una buena comida en casa todos los días, podremos enfrentar esos eventos o situaciones especiales con mayor naturalidad. No pensemos en comer bien solo cuando hay visitas, o en tener lindos manteles y vajillas que no estén rotas solo para ocasiones especiales. Al final, esos eventos no suceden a menudo, y nos quedamos comiendo con un plato cachado todos los días”.
Fernanda Badía: “No pensemos en comer bien solo cuando hay visitas, o en tener lindos manteles y vajillas que no estén rotas solo para ocasiones especiales”.
Para Fernanda, el ceremonial se relaciona con la formación. “Cuando hablo del ceremonial como capa- citación, me refiero a educación. Hay ciertas normas o costumbres que tal vez no aprendimos en nuestra familia primaria pero eso no significa que no podamos construirlas y adquirirlas. Las herramientas del ceremonial se estudian, se adquieren y se practican.
Lo que aprendemos de niños se emplea de forma más natural pero eso no significa que sea una condición. Al igual que estudiamos diversas disciplinas, también podemos aprender sobre educación y modales, lo que no solo nos abre puertas importantes, sino que nos brin- da una seguridad y tranquilidad que es difícil de alcanzar de otra manera”.
Claves imprescindibles para organizar una comida en casa
¿Te gustaría organizar un buen encuentro en tu hogar y no sabés por dónde empezar? Al consultarle sobre los pasos esenciales, destaca:

“Mi sugerencia principal es siempre planificar para disfrutar. Anticiparnos a los detalles nos permitirá estar presentes y participar plenamente de la reunión. Las personas que vie- nen a mi casa no solo quieren una bebida fría o comida rica; desean también disfrutar de mi compañía, conversar conmigo. Si el plato que elijo implica pasar toda la velada en la cocina todo el tiempo, entonces no fue la mejor decisión”.
Sobre este tema, la profesional enfatiza: “Lo primero que hay que tener en cuenta es que lo que la gente busca al venir a tu casa, es estar con vos. Si, como anfitrión, te ponés nervioso o tenso, eso puede generar culpa e incomodidad en tus invitados. Por eso, siempre aconsejo planificar bien y, sobre todo, invitar mucho, cuanto más invitás, más canchero y acostumbrado te vas a sentir con la dinámica del encuentro. Además, al invitar a más personas, también aumentás las posibilidades de ser invitado a su vez, lo que te permitirá aprender sobre buenos detalles como anfitrión y también lo que puede molestar de un invitado”.
Este círculo de invitar y ser invitado se retroalimenta. “Abrir las puertas de tu casa no solo es más económico, sino que la cercanía que genera un hogar no la logra ningún restaurante. Esa confianza y sensación de calidez que se siente, no hay restaurante que la pueda imitar. Podrán tener increíbles platos, muy lindas sillas, pero nunca podrán igualar lo que significa estar en casa”, concluye Fernanda.