12, Enero 2021
Hay 4 hábitos que podés abandonar para no sentir tanto cansancio
Hay costumbres que se incorporan de manera inconsciente pero que repercuten en nuestro desempeño diario. ¿Alguna vez sentiste somnolencia en el trabajo o llegaste excesivamente cansado al final del día? Esos son signos que indican falta de energía física y mental y hay rutinas que podrías abandonar para que esto no suceda más.
Según médicos del Hospital Concord, de New Hampshire y del centro médico BetterNowMD, comer en exceso durante la noche es el principal hábito que hay que dejar. Las células de nuestro cuerpo metabolizan los alimentos según la hora del día siendo el desayuno la comida en la que más alimentos nutritivos debemos consumir. Cenar “pesado” durante la noche afecta los niveles de sueño ya que interfiere en el ritmo circadiano y, en consecuencia, hace más dificultoso el descanso.
Otro hábito es el de consumo de bebidas energizantes que, contrariamente a lo que indica su nombre, tienen efectos contrarios. Según la Facultad de Medicina de la Universidad de Dammam, en Arabia Saudita, publicado en 2015 por la revista de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, estos productos afectan la salud del corazón y del cerebro, causan inflamación y aumentan la presión arterial. Al tener cafeína, causan insomnio, ansiedad, malestar gastrointestinal, espasmos musculares, inquietud y períodos de agotamiento. En su reemplazo se recomienda el té, especialmente el fermentado o verde.
La vida sedentaria es otro de los hábitos que debemos abandonar. Los niveles más altos de actividad física disminuyen los riesgos de hospitalización. Basta con 20 minutos de ejercicios diarios para mejorar los niveles de energía al aumentar el flujo sanguíneo y el oxígeno al cerebro y músculos.
Por último, moderar el consumo de alimentos con altos niveles de azúcar y procesados. Aquellos con un índice glucémico bajo son los más recomendados para potencial la energía en contraposición a los platos altos en carbohidratos. Se aconseja consumir frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, banana, la palta y el brócoli, el huevo, los frutos secos, las semillas de chía, la avena y los cereales integrales en general, legumbres, carnes rojas magras y el pescado.