12, Enero 2021
Mindfulness: el arte de vivir conscientemente
Una manera de vivir, haciendo foco en el presente. Te contamos lo que tenes que saber sobre está práctica reconocida a nivel mundial.
Hace tiempo que la práctica de Mindfulness se ha integrado a la medicina y la psicología. Gran parte de esa fusión se lo debemos a Jon Kabat-Zinn, uno de los referentes mundiales, reconocido por introducir esta práctica dentro del modelo médico.
El trabajo de investigación de Kabat-Zinn inició a finales de la década del 70 y desde entonces se enfocó en las interacciones mente y cuerpo para la salud. Sus desarrollos se centraron en la meditación de atención plena (mindfulness) para personas con dolor crónico y cuestiones relacionadas al estrés.
La técnica es aplicada, estudiada científicamente y reconocida como una manera efectiva de reducir el estrés, aumentar la autoconciencia y mejorar el bienestar general.
Mindfulness puede definirse sencillamente como la capacidad de prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación. Y si bien podría parecer sencilla, incluye el desafío de lograrlo cotidianamente.
Vivir en el presente
No podríamos vivir sin la capacidad humana de conexión con el presente, ya que es la que nos permite recordar dónde estamos o qué estamos haciendo, incluso cuando tenemos cientos de pensamientos diarios, y a la vez.
Sin embargo, y aunque creemos tener control consciente de nuestra atención, lo que normalmente sucede es que estamos constantemente atendiendo a pensamientos acerca del pasado o del futuro, reconociendo solo una pequeña porción de lo que está sucediendo en nuestro presente.
Mindfulness permite reconocer lo que está sucediendo mientras está sucediendo, aceptando activamente la experiencia tal cual se está dando. Así es que, aunque experimentemos algo desagradable, podremos ahorrarnos el sufrimiento añadido de tener que lograr que aquello desaparezca.
Meditación
Este tipo de atención nos permite aprender a relacionarnos con aquello que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora. Y por supuesto, aprender esta técnica puede requerir cierto tiempo de práctica, hasta que seamos capaces de meditar en casi cualquier circunstancia.
Idealmente, debería practicarse durante media hora al día, aunque se recomienda comenzar con sesiones más cortas, de no más de diez minutos.
Para iniciar, se sugiere concentrar la atención en la respiración. Escucharla, centrarnos en reconocerla y dejarla fluir por el cuerpo. Darnos el tiempo y un lugar acondicionado para hacerlo. Luego podremos profundizar la técnica, con ejercicios más avanzados.