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12, Enero 2021

Cada cosa en su lugar

¿Qué podemos hacer cuando el caos se apodera de alguno (o de muchos) de los espacios de nuestra casa? ¿Cómo encontrar el lugar ideal para cada objeto sin correr el riesgo de abandonar el plan incluso antes de comenzarlo? Para responder a estas preguntas, conversamos con Julieta Gironacci Herrera, una experta en la materia, que, desde la ciudad de Rosario, nos da algunas pautas que nos permitirán lograr la organización que necesitamos, para disfrutar más de nuestra casa y nuestro tiempo.

Julieta Gironacci Herrera más conocida como ‘Julieta Dominga’. Foto: María Clara Tesei

Para muchas personas, organizar y ordenar no es un problema, sino parte de una rutina que se vive con pasión. Así lo siente desde siempre Julieta Gironacci Herrera, más conocida como “Julieta Dominga” el nombre que eligió para dar el paso de convertir esa pasión en un oficio. 

“Yo siempre fui muy ordenada y organizada, siempre me gustó ponerle estructuras y patrones a las cosas que no los tenían y después de muchos años lo transformé en un oficio, al que amo y me encanta”, contó pausadamente. Tiene grabado en su mente, ese momento en el que empezó a pensar que algo que consideraba parte de su esencia, podía ser también una salida laboral. “En 2012, estaba de vacaciones con amigas. Había visto la cantidad de ropa que se llevaban en la valija, el desorden en sus casas de alquiler y pensaba… ¿se mudaron por 15 días? Entonces ahí, mirando el mar, les dije: ya se lo que quiero hacer, quiero ordenarle los placares a la gente”, recordó. 

Cuando un cliente la contacta se inicia un proceso en el que es necesario establecer pautas, evaluar cuántas jornadas de trabajo serán necesarias y planificar acciones.  “Lo primero que me dicen es: si venís a mi casa te morís, pero si tomaron la decisión ya es un primer paso”, comentó entre risas.  

En este sentido, destaca que es importante que las personas ajusten sus expectativas y comprendan que una acumulación de objetos de muchos años, por ejemplo, no se puede resolver en un día.  “También hay un proceso que tienen que vivir las personas que están en esa casa, porque siempre para comenzar es necesario el descarte previo. Generalmente nos desorganizamos cuando empiezan a sobrar cosas.  El problema nunca es la falta de espacio, siempre es que sobran cosas. 

Descartar es un proceso desgastante, por la conexión emotiva que tenemos con los objetos.  Solemos involucrar más sensibilidad en la posesión de los objetos que en la de los vínculos, por creer que el vínculo perdido o la persona que ya no está con nosotros vive en esos objetos. Hay un trabajo interesante de desapego emocional, que se asimila de a poco, un proceso que cuando empieza es durísimo pero que cuando termina es maravilloso. Vivir con lo que queremos, con lo que nos gusta y con lo deseamos es absolutamente liberador y sanador”, explica. 

Editora de armarios y organizadora de espacios, Julieta Dominga comparte sus conocimientos en @julietadominga y julietadominga.com.ar

Recomienda, además, avanzar espacio por espacio, para que la tarea no sea abrumadora y para que —mientras se transita el proceso de reorganización— al final del día, haya lugares donde poder descansar y sentirse bien.  Julieta dice que también es fundamental pensar en el “efecto dominó” que actúa tanto para activar el orden como el desorden: “Si vos ordenás una cosa, se va ordenando todo. No te es igual abrir un cajón de ropa super ordenado y después ir a la alacena y que estén todos los paquetes mezclados. Entonces listo… ordenaste tu dormitorio, querés ordenar la alacena, ordenaste la alacena, querés ordenar el baño.  Se trata de ir reproduciendo el patrón”. 

Poner en orden las cosas y organizar la casa, aunque parezcan lo mismo, son dos procesos distintos.  Julieta lo explica de esta manera: “Para definirlo de una manera sencilla, podemos decir que el orden tiene que ver más con lo visual y la organización, con la funcionalidad de ese orden. Vos podés tener un juego de tazas divinamente ordenado, pero a dos metros de altura.  Entonces, si pretendés darle autonomía a tu hijo para que busque una taza y se haga el desayuno, la organización está mal planteada, porque tiene que ver con quién usa cada cosa, cada cuanto se usa y para qué”

Y una vez que se logra reorganizar y ordenar, ¿cómo lo mantenemos en el tiempo? “Una de mis máximas es “Lo provisorio es definitivo”.  Hay que hacer las cosas bien de entrada, porque la frase “después veo” es el puntapié inicial para desorganizar.  Se trata de un segundo en el que tenés que tomar la decisión correcta, hay pequeños detalles que suman al orden o suman al caos. Es cuestión de adquirir nuevos hábitos para poder disponer del tiempo y disfrutarlo, porque no se recupera.  Ordenar es invertir en calidad de vida, en tiempo libre, en recursos materiales y humanos.”, enfatizó Julieta.  

Por último, la experta reafirmó que lo que se vivencia después del orden, es una motivación para que la tarea valga el esfuerzo. “Felicidad y liviandad son algunas de las sensaciones que reemplazan al agobio del comienzo. Las casas no debieran ser un lugar que nos expulse.  Hay que vivirlas y difrutarlas, tienen que ser ese lugar al que deseemos volver, como un refugio”, sintetizó.

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