Nesting, una práctica para desconectar con el mundo exterior

El término nesting proviene de la palabra inglesa nest, que significa nido y se traduce al español como “anidando”. No es un vocablo nuevo pero, con el encierro propio del confinamiento, comenzó a adoptar mayor implicancia en la sociedad. Entonces, ¿qué significa realmente el nesting?

Consiste en disfrutar de la estadía en casa, en lugar de salir, transformándola en un verdadero nido. ¿Para qué? Para pasar gran parte del día practicando cualquier actividad que nos conecte con nuestro interior y nos llene de energías positivas. Hacer una rica comida, leer, mirar series y películas, organizar estantes y armarios, cuidar el jardín pero, sobre todo, descansar.

Se trata de detener nuestra rutina y la vorágine de estar haciendo “algo” todo el tiempo, en todo momento, y relajarnos en un lugar que, aún en un escenario especial, se convirtió en nuestro refugio.

Según los especialistas en psicología, el nesting tiene como fin encontrarse bien con uno mismo, con los pensamientos y sentimientos. Esto reduce los niveles de ansiedad, posibilita el autoconocimiento y crecimiento personal, además de convertir el espacio en una zona de estabilidad y máximo confort. Buscar el bienestar en el hogar repercute positivamente en la calidad de vida, el ánimo y las relaciones personales.

Buscar el bienestar en el hogar repercute positivamente en la calidad de vida, el ánimo y las relaciones personales.

¿Todos pueden acceder a esta tendencia? La principal recomendación a la hora de elegir esta vía de escape es que la persona no esté atravesando una situación propia que favorezca el aislamiento (duelo por la pérdida de un ser querido, cuadro de ansiedad o depresión) ya que no será una decisión por gusto y/o placer, sino propia del momento.