12, Enero 2021
Basura espacial: la contaminación humana traspasa la frontera de la tierra.
La emisión de dióxido de carbono y los residuos espaciales amenazan con tener impactos negativos en la próxima década.
Según una investigación del Laboratorio de Investigación Naval de Estados Unidos en Washington, el aumento de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera superior está haciendo que su densidad disminuya, y esto es otra de las consecuencia del cambio climático.
La basura espacial que se tendría que desintegrar en la atmósfera superior no lo está haciendo, y esto empeora el problema, ya que miles de piezas de desechos están orbitando la Tierra.
En contraposición a la contaminación lumínica provocada por los grandes asentamientos urbanos, el brillo de la basura espacial se puede reflejar en cualquier parte del cielo. De ahí que incluso los observatorios astronómicos tienen cada vez más dificultades para realizar observaciones de objetos de espacio profundo.
Hay dos clases contaminantes: los de los desechos en órbita y los de la basura espacial que reingresa a nuestra atmósfera. Los objetos más pequeños suelen prenderse fuego al entrar en la atmósfera y desaparecer. Sin embargo, en el caso de la basura espacial más grande, puede ser más complicado que desaparezca del todo.
Y, aunque, se empieza a investigar para limpiar la órbita de basura espacial, cada día hay más satélites que se encargan de la previsión del clima, observaciones de la Tierra y, ahora, se añade el internet por satélite. De esta manera, todo parece indicar que es momento de empezar a actuar con responsabilidad sobre lo que se envía al espacio.