12, Enero 2021
Depresión post-show: qué es y cómo contrarrestarla
Aunque no es un diagnóstico médico formal, la sensación de vacío después de un evento muy esperado existe. Qué se puede hacer para mitigar su efecto.

Pasaron los dos shows de Oasis en Argentina. La ansiedad de la previa y la euforia del momento se van apagando y dan lugar a una sensación extraña: ¿angustia? ¿depresión? ¿vacío? En esta nota hablamos de la llamada depresión post-show -o crash de dopamina- y de qué pasa con nuestras emociones después de vivir un momento tan esperado y emocionalmente intenso.
¿Por qué aparece esa sensación de bajón?
Cuando vivimos un recital muy esperado, el cerebro libera una mezcla intensa de neurotransmisores asociados al placer, la conexión y la excitación: dopamina, adrenalina y endorfinas. Es la química típica de los momentos que generan expectativa, impacto sensorial y emoción colectiva.
Una vez que el estímulo pasó, esos niveles empiezan a disminuir. Es entonces cuando puede aparecer el “bajón”: una sensación de vacío, falta de energía, leve melancolía o tristeza. No es depresión clínica. Es un descenso brusco después de un pico emocional muy alto. También influye la carga de anticipación: si pasaste semanas esperando el show, tu cerebro construyó un escenario de recompensa que, de repente, queda atrás en pocas horas.
A eso se suma otro factor: el componente social. Los recitales generan un clima de pertenencia y conexión masiva. Al volver a la rutina, muchas personas sienten contraste y cierta desilusión. Es normal.
Cómo mitigar la depresión post-show

No todo es bajón. Hay una buena noticia: la mayoría de estas sensaciones son transitorias y se pueden manejar con algunos hábitos simples.
Aterrizá de a poco: dale tiempo a tu cuerpo y a tu mente para procesar la experiencia. Dormí bien, hidratate y recuperá energías. El descanso ayuda a estabilizar los niveles de neurotransmisores.
Hablá del recital: compartir lo vivido con amigos ayuda a mantener la emoción de forma saludable y a integrar la experiencia en vez de sentir que ya pasó y se terminó.
Buscá microrecompensas: no hace falta que sean eventos enormes. Planear actividades placenteras como salir a caminar, ver amigos o escuchar música que te guste activa circuitos de bienestar que amortiguan el bajón.
Ordená tus emociones: es normal sentir nostalgia después de algo que te hizo bien. Nombrar esa emoción ayuda a que pierda intensidad.
Volvé a tu rutina: funciona como estructura diaria da contención. Retomar tus hábitos de sueño, alimentación y movimiento favorece una transición más suave.
No saques conclusiones apresuradas: si bien estas sensaciones pueden parecer fuertes, suelen durar horas o pocos días. Si el malestar se prolonga o interfiere con la vida cotidiana, ahí sí es importante consultar con un profesional.
