El Calafate, un refugio natural

Para conocer El Calafate, una pequeña ciudad ubicada en el sur de nuestro país, nos contactamos con Santiago Richards, un técnico agropecuario oriundo de Bella Vista, Buenos Aires que vivió en diferentes lugares del mundo, pero que con seguridad afirma que su búsqueda terminó cuando se encontró con la inmensidad de El Calafate. “Me las rebusqué para quedarme a vivir acá. Es donde me siento contento, estamos en el medio de la montaña, hay un jardín de flores, una huerta y mucho de lo que comemos es lo que producimos aquí mismo. Es un estilo de vida”, dice emocionado.

Santiago vive y trabaja administrando una estancia a 35 kilómetros del pueblo, hacia el lado de la Cordillera. Tiene 36 años, y lleva viviendo casi 4 años allí. Su pasión por los caballos baguales lo llevó hacia el sur y según él, esta elección, es para siempre.

Un recorrido por El Calafate

Lo primero que nuestro guía nos invita a conocer es el glaciar Perito Moreno. “Desde la estancia lo veo todos los días, y eso es increíble. Es muy difícil describirlo con palabras, te atrapa”. Las palabras no le alcanzan para hacer un relato sobre uno de los principales atractivos de la zona, que se ubica dentro del Parque Nacional Los Glaciares a 80 kilómetros de la ciudad.

El Parque Nacional es el escenario de más de 200 glaciares, pero a los visitantes, además, lo rodean lagos, bosques y montañas. Es importante incluir en las actividades la fotografía, las cabalgatas y el trekking. La caminata es clave para conocer el lugar, por lo que contar con calzado y ropa adecuada, es fundamental para estar en El Calafate o acercarse hasta la vecina localidad de El Chaltén, reconocida mundialmente por sus senderos.

Santiago también nos invita a pasear por Laguna Nimez, “una reserva ideal para el avistaje de aves, que se encuentra en un humedal sobre la bahía. Está a unas cuadras del centro, no es lejos y es hermoso”.

El Calafate se puede visitar en cualquier estación del año. “Tiene mucha vida en verano y en invierno. Aunque no suele nevar mucho, cuando se congela la bahía el paseo costero también se transforma”. La localidad tiene todo tipo de opciones de hospedaje y gastronomía. “En la avenida principal están la mayoría de los bares y restaurantes. Es muy lindo, muy limpio, amigable y seguro. La gente tiene muy buena onda en todos lados”, invita.

Los caballos y la fotografía

“Calafate es mi refugio”, es la frase que utiliza Santiago para contar lo bien que se siente allí y lo feliz que lo hace poder desarrollar su proyecto documental sobre caballos baguales de la zona. Es una investigación personal que avanza a paso firme, teniendo en cuenta el clima, las amplias distancias para filmar y los vínculos que hay que generar con los caballos salvajes del lugar.

“No volvería a la ciudad. Si bien, siempre viví en zonas rurales, estar acá es naturaleza al 100%. Ese contacto con los animales de cerca, ver pasar cóndores todos los días, también hizo que me empiece a interesar por la fotografía. En momentos libres me gusta intentar sacar fotos de fauna silvestre”, relata quien encontró en el Calafate, su lugar en el mundo.

Algo que quizás no Sabías

• El Calafate toma su nombre de un arbusto nativo del sur que justamente da un fruto llamado calafate, es una baya de color azul oscuro, que se recolecta en verano.

• Hay un Glaciarium, un centro de Interpretación de Glaciares. ¡Y tiene un bar de hielo!

• Nuestro guía local nos cuenta que una visita obligada debería ser la casa de Aida Pantín, una de las primeras pobladoras con historias de las más interesantes y antiguas de la zona.