12, Enero 2021
Cambiar de hábito: cómo sostener la actitud en el tiempo
Modificar una conducta no siempre es sencillo. Se requiere autocontrol, determinación y enfoque para lograr ese cambio que estamos buscando.
Popularmente se cree que, para modificar un hábito, basta con practicarlo 21 días seguidos. En realidad, las neurociencias afirman que no siempre es así ya que las neuronas podrían adaptarse en un plazo mayor que ese. De todas maneras, si una persona logra mantener una actitud por más de dos o tres semanas, es más propensa a incorporar esa actitud dentro de la rutina. Un ejemplo es dejar de fumar o hacer dieta/ ejercicios.
Muchas veces, quienes desean una transformación real la expresan solamente en palabras, deseos o anhelos y quedan ahí, no deriva en acciones para lograr eso que están buscando. No obstante, existen tres momentos fundamentales por los que atravesamos para crear un hábito. Charles Duhigg, periodista estadounidense que actualmente escribe para The New Yorker Magazine y autor del libro “El poder de los hábitos”, explica que, primero, existe un gatillo o disparador, luego una rutina y, por último, una recompensa.
En la fase uno, algo sucede y hace que nuestro cerebro interprete esa señal y actúe en modo “automático” para elegir el hábito más oportuno. Luego, en la fase dos, adoptamos una acción física, emocional y mental que surge a causa de ese primer suceso inicial. Por último, recibimos un estímulo positivo que le indica a nuestro cerebro que esa rutina funciona y por eso debe almacenarla para replicarla cuantas veces sea necesaria.
En base a lo anterior, para iniciar un cambio de comportamiento, lo ideal es:
- Identificar qué es lo que querés modificar y plasmarlo en un papel para medirlo. Es sumamente importante que visualices los cambios, que te motives imaginándote cómo te vas a sentir cuando ya hayas llegado a la meta.
- Enfocate en cuáles son las pequeñas acciones que estás realizando y que te están llevando al objetivo. Pensá en lo que podés lograr y en lo que querés. La disciplina juega un papel muy importante para dejar de pensar en lo que “no querés” y fijarte en la mente “lo que querés”. Necesitás repetir reiteradas veces lo mismo para fijarlo en el subconsciente.
- Establecé una recompensa. Este “premio” debe ser lo suficientemente tangible y retador para darle motivos a tu mente a continuar con este hábito. Esa recompensa puede ser alguna palabra de aliento, medir los resultados/avances, comentar tus logros con familiares y amigos o darte un gusto que implique descanso, esparcimiento. Prestá atención al momento en el que te estás “premiando”, es decir, tenés que estar muy consciente y asociar ese momento al cambio que estás buscando para transformarlo en rutina.