12, Enero 2021
Vacaciones de verano y ¿aprendizaje?
Recientemente se presentó un nuevo informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Irene Kit (Asociación Civil Educación Para Todos), María Sol Alzú y Leyre Sáenz Guillén (Observatorio de Argentinos por la Educación).
En esta oportunidad el tema central del documento es “Vacaciones de verano: evidencia sobre su impacto en el aprendizaje”. El material sintetiza la evidencia internacional sobre la pérdida de aprendizajes de verano (conocida en inglés como “summer learning loss”) y describe algunas estrategias efectivas para mitigar esos efectos negativos.
“En el ámbito del sistema educativo se ha identificado un fenómeno conocido como summer learning loss; en su traducción literal, pérdida de aprendizajes en verano o, como preferimos denominarlo, retroceso postvacacional de aprendizajes (RPA, en adelante).
Este concepto hace referencia a la observable disminución de habilidades adquiridas durante el ciclo lectivo anterior, especialmente en áreas como Matemática y Lengua, que puede apreciarse al regreso a clases. Este retroceso posvacacional afecta de manera desproporcionada a los estudiantes de contextos socioeconómicos vulnerables”, detalla el informe.
Compartimos algunos de los datos centrales del informe, y dejamos el acceso al informe completo para ampliar la información.
Algunos datos claves
- Con un promedio de 71 días de receso (varía según provincia), el país ocupa el 5° lugar en duración dentro de la región.
- En general, las vacaciones de verano implican la pérdida de 47 días de aprendizaje. En Lengua el efecto aumenta a 54 días de pérdida de aprendizaje mientras que en Matemática es aún mayor y equivale a 65 días.
- Los estudiantes de niveles socioeconómicos bajos son los más afectados, ampliando las brechas educativas existentes.
- El impacto también varía notablemente según el grado escolar: a mayor grado, mayor es la pérdida de aprendizaje.
“El informe nos muestra que los lógicos y necesarios cortes vacacionales tienen una especie de costo asociado a ciertas cuotas de olvido. Afortunadamente, no son olvidos definitivos, se pueden y deben recuperar al inicio del año escolar. Pero también, como familias y en las organizaciones de la comunidad, podemos mantener activa la mente de los niños y niñas, estimulándolos a juegos activos, interpersonales, imaginativos, así como a lecturas compartidas, dramatizaciones, dibujos y expresiones plásticas de todo tipo”, plantea Irene Kit.
A nivel de sistema educativo es clave tener presente la evidencia del retroceso postvacacional, para delinear tiempos y propuestas didácticas específicas para el inicio del ciclo escolar, con la finalidad explícita de activar, recuperar y sistematizar los aprendizajes previos.