Saludablemente

12, Enero 2021

Fascitis plantar: causas, síntomas y tratamientos de una afección común

El diagnóstico y el tratamiento son importantes para evitar que el dolor en el pie desencadene problemas en la rodilla, la cadera y la espalda.

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Sentir dolor en el pie al dar los primeros pasos por la mañana o después de pasar un tiempo prolongado parado o sentado, puede ser señal de fascitis plantar. Se trata de una inflamación de la fascia, una banda de tejido que conecta el hueso del talón con la planta de los pies, sostiene el arco del pie y absorbe el impacto al caminar.

Es una patología bastante frecuente (sobre todo en personas que corren o presentan sobrepeso) y, si no se diagnostica y se trata correctamente, puede ocasionar dolor crónico en el talón o el arco del pie, alterar la forma de caminar y provocar problemas de rodilla, cadera y espalda.

Causas

La fascitis plantar se desarrolla debido a una tensión excesiva en la fascia plantar, lo que puede resultar en microlesiones y posterior inflamación. Los factores de riesgo incluyen:

  • Actividades físicas de alto impacto, como correr o bailar.
  • Permanecer mucho tiempo de pie o sentado.
  • Uso de calzado inadecuado.
  • Sobrepeso u obesidad.
  • Alteraciones de la pisada, como pie plano o empeine muy elevado.
  • Edad (especialmente entre 40 y 60 años).
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Síntomas

  • Dolor en el talón, especialmente al dar los primeros pasos por la mañana o después de períodos de descanso.
  • Dolor en el arco del pie.
  • Rigidez, y en ocasiones, inflamación de la zona afectada.

Tratamiento

Ante la sospecha de padecer fascitis plantar, consultar con un traumatólogo especialista en pie para que realice un análisis adecuado, con un estudio previo de la biomecánica y de la pisada.

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En una primera fase, se puede recomendar:

  • Ejercicios de estiramiento.
  • Reposo relativo.
  • Antiinflamatorios no esteroides.
  • Masajes con pelota o botella de agua congelada.
  • Férulas nocturnas.
  • Pérdida de peso.

Si en un plazo de 6 a 8 semanas los síntomas no mejoran, se puede recurrir a medidas más conservadoras:

  • Ondas de choque.
  • Rehabilitación.
  • Infiltraciones con corticoides.
  • Tratamiento quirúrgico: no es lo más común; se recurre a esta opción cuando el dolor es severo y otras alternativas no han sido efectivas.
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