“No hay nadie que no se conmueva con el recuerdo de una receta o alguna comida”

Tefi Russo es, sin dudas, una de las influencers más queridas del mundo gastronómico. Hace 12 años creó su blog “Inutilísimas”, y desde hace 10 cocina “en redes”, según recuenta.

Su trabajo creció junto a un universo que, a esta altura, no es ajeno prácticamente a nadie. Captó el idioma a la perfección y lo demuestra a diario con recetas, dedicación e inconfundible espontaneidad. Todo puede comprobarse en su cuenta de Instagram, que ya superó el millón de seguidores.

“En un montón de profesiones se arranca, se estudia y se busca llegar a un objetivo. En mi caso fue al revés, porque mi meta se fue armando en el durante”, dice. “En esa búsqueda personal estuvo también el recorrido de las redes, las tecnologías, los blogs y el hecho de que nos podamos transformar en comunicadores”, analiza.

Cuando comenzó con el sitio web, con la idea de dedicarse a lo que le gustaba, ni siquiera se utilizaba el término “redes sociales” con frecuencia. “Cuando arranqué no tenía ni idea de que se podía transformar en esto. Pero no porque no confiara, sino porque no existía directamente. Todavía no estaba Instagram, o al menos no lo usábamos”, recuerda Tefi.

“Mis referentes eran algunos blogs de cocina, de Estados Unidos y España, en donde estaba muy explotado eso”, cuenta.

Con los años y el avance del mundo digital nacieron nuevas oportunidades. “Primero tuve solo el blog, después Twitter, que no me gustaba pero me lo recomendaron como una manera de difusión. Después apareció Facebook, y después Instagram”.

Conforme subía el número de seguidores de Inutilísimas, muchas marcas comenzaron a introducirse en el mundo digital e interactuar con los creadores de contenido, como en el caso de Tefi. “Nos ‘chocamos’ en el camino, empecé a monetizar y ahí me di cuenta de que podía vivir de esto”, dice.

El crecimiento, que también llegó con el aumento de la popularidad, hizo que concretara proyectos que, admite, no hubiese imaginado, como la publicación de dos libros: “Simple, rico y casero” (2016) y “La cocina de Tefi” (2018). “Era como un sueño imposible, como puede pasarle a un actor, que piensa que jamás va a trabajar en Hollywood. Porque además todo el mundo de la gastronomía era inaccesible cuando empecé”, apunta.

De manera similar ocurrió con su debut como conductora de “Los Expertos” en televisión, un ciclo de cocina innovador, multiplataforma, que tuvo dos temporadas al aire en El Trece (2020 y 2021). “Me encantó, pero soy bicho de redes. La televisión es un salto de popularidad que no me animo a dar, estoy más cómoda con los seguidores que ya saben cómo hablás, lo que hacés”, admite.

“En mi casa tenemos las dos versiones: mi marido (el locutor y conductor Joaquín “Pollo” Álvarez) es bicho de tele y yo de redes, cada uno ama su ranchito. Yo estoy muy cómoda, cuando le agarrás el gustito a poder trabajar directamente con las marcas, sin un nexo en el medio, y podés hacer de agencia, de creativa, de productora y cocinera, es un combo muy lindo”, remarca.

“La televisión es un salto de popularidad que no me animo a dar, estoy más cómoda con los seguidores que ya saben cómo hablás, lo que hacés”.

“Cocinera caradura” y mucho más

Tefi se presenta en su sitio y en su perfil de Instagram como “una cocinera caradura”, que anima a la gente a cocinar. Sin embargo, queda claro que esa descripción no alcanza.

“Yo cocino desde muy chiquita, hice muchos cursos, pero nunca la carrera de chef profesional, por eso de ahí también vino el nombre y un poco el concepto de mi cocina”, describe al retomar sus inicios.

En la misma línea, reafirma su pasión por la gastronomía y el mundo que la rodea. “Para mucha gente es un cable a tierra, punto de reuniones, y nostálgico. La explosión que tuvo en 2020 estuvo buenísima. Creo que no hay nadie que no se conmueva con el recuerdo de una receta o alguna comida, es hermoso”, reflexiona.

Las recetas variadas, explicaciones prácticas y un entusiasmo que contagia son marca registrada de Tefi. Pero además, en la actualidad, la calidad del contenido, la dedicación y la relación con los seguidores son piezas fundamentales para consolidarse.

En su caso, todo se mantiene en equilibrio. “Acá no van a aprender técnica, esto es otra cosa: un espacio de cocina donde voy a generar que se animen a cocinar un poquito más, que empiecen con mis recetas. Y me puedo quedar tranquila porque creería que la mayoría de mis recetas salen, es uno de los piropos más lindos que me llegan”, dice.

“Acá no van a aprender técnica, esto es otra cosa: un espacio de cocina donde voy a generar que se animen a cocinar un poquito más, que empiecen con mis recetas”.

En cuanto a la forma de organizarse, cuenta que trabaja con un equipo muy reducido. “Eso tienen las redes: sos una persona real. Podés armarte una estructura enorme donde hay gente que maneja tus cuentas, pero yo nunca quise porque siento que pierde un poco el sentido”, confiesa.

En este punto, reafirma que se mueve con comodidad en este universo que también puede acarrear algunos puntos negativos por la exposición masiva. “No te podés enganchar demasiado. Muy cada tanto visibilizo alguna agresión extrema, porque a veces está bueno mostrarlo. Yo soy grande y segura en muchas cosas, entonces me lo banco. Pero puede ser peligroso si le pasa a una persona en otra edad o en una época complicada, porque uno nunca sabe quién está del otro lado o qué le está pasando”, expresa.