12, Enero 2021
Verde vida, verde ropa
La preocupación a nivel mundial por el desarrollo sustentable, está cuestionando el accionar de distintas industrias, entre ellas la textil. Cada vez son más las marcas que piensan en el fin de sus productos y se suman a la ola verde. Entre los principales impulsores se encuentran jóvenes emprendedores como Sabrina Rodríguez Uzal creadora de UZAL.
Diseñadora, emprendedora y creativa, Sabrina Rodríguez Uzal innova en la producción de prendas que se transforman en flores y hortalizas a través de un género compostable y biodegradable que da lugar al crecimiento de nueva vida y replantea la funcionalidad inicial de la ropa.
“UZAL, es una marca que piensa sustentable de principio a fin, en una idea de ciclo cerrado arraigado a las bases del comercio justo”, cuenta Sabrina acerca de esta apuesta que nace como un proyecto de tesis y toma impulso en las pasarelas del Designers BA donde la diseñadora presentó su primera colección Germin.ar, en el marco de su participación en un concurso organizado por una importante empresa nacional de bebidas a base de hierbas.
El secreto de su propuesta eco friendly se basa en el uso de materias primas naturales, principalmente algodón y lana, algunas de las cuales tiñe con cáscaras de vegetales —como palta o cebolla— que usualmente se descartan. “Con el vellón de lana hago fieltro artesanal, lo que me permite ahorrar considerablemente la cantidad de agua para fabricar el textil, y a éste le agrego semillas hortícolas, resultando un género compostable y plantable, que, al descartar la prenda, se biodegradará dando lugar al crecimiento de nueva vida, replanteando su funcionalidad inicial”, explica la diseñadora respecto del proceso de producción.
La sostenibilidad llevada a la moda significa producción más responsable y un uso consciente por parte del consumidor para cuidar el planeta y tal como nos cuenta su creadora, “las prendas de UZAL son atemporales, con una fuerte impronta minimalista. Son prendas durables, cuya función primera como indumento no se reduce por ser un soporte plantable, son prendas que pueden lavarse y plancharse sin problemas las veces que sea necesario. Luego de haber cumplido su ciclo como prenda o cuando el consumidor lo determine, la prenda puede ser plantada, o cultivada hidropónicamente, lo que dará lugar a que las semillas alojadas en el textil germinen”.
Sabrina, hace un trabajo unipersonal, desde la construcción de las prendas hasta los teñidos los realiza ella de manera artesanal y lo principal en su proyecto es la confección de textiles compostables, uno de los que fabrica artesanalmente añadiéndole semillas; lo cual le da la característica de ser plantable. Las materias primas que utiliza deben ser 100% naturales para permitir la biodegradación y entre ellas selecciona las de origen vegetal y animal como por ejemplo el eco-algodón y vellón de lana, que además aportan suavidad y amabilidad a la piel de las personas.
Es evidente que la relación entre moda y consumo va hacia la sustentabilidad; y que se ha vuelto muy necesario establecer un cambio es pos de una producción focalizada en el desarrollo local y en el cuidado de los recursos naturales. Respecto de ello UZAL adopta una postura comprometida y responsable en cuanto a la elaboración de sus productos: “hoy en día estamos produciendo para llegar a la gente, trabajamos mayormente a pedido para evitar fabricar más de lo que es necesario y así no generar descartes textiles, dándole el tiempo necesario de trabajo artesanal que cada prenda requiere”, relata la joven diseñadora.
Tendencia para el futuro
El consumo de productos textiles sigue creciendo e impactando en los ciclos de la moda, sin embargo, muchos son los jóvenes emprendedores que buscan poner en jaque este sistema y políticas pensando sus creaciones desde una mirada con color verde. “Creo que hoy en día todos los emprendimientos que nacen independientemente del rubro deben tener conciencia medioambiental. Una gran parte de la sociedad está cada vez más informada y elige una vida más sustentable, debemos oírlos y que las opciones para este modo de vida sean cada vez más amplias. Creo que debemos entender que cada acto causa un impacto, y de nosotros depende que dicho impacto sea positivo o negativo para el medio que nos rodea”, expresa Sabrina.
Poco a poco la sustentabilidad avanza y conquista diferentes aspectos de la vida, porque las personas no solo eligen productos en base a su calidad y precio, sino también por su impacto ambiental y social; y por la conducta de las empresas que los elaboran exigiendo transparencia y procesos mínimamente amenazantes para el medioambiente.
El desafío para UZAL es seguir investigando y profundizando en nuevos materiales relacionados con mejorar los existentes bajo la lupa de la sostenibilidad. “Creo que en pocos años vamos a tener más consciencia de lo que consumimos. Que las bases de la sostenibilidad y el comercio justo tienen que ser un factor fundamental en todos los campos de nuestra vida. Ciertamente encontré en la sustentabilidad algo que me apasiona, una mezcla justa entre volver a las raíces con técnicas ancestrales y de innovar en la materialidad a la vez”, destaca.