12, Enero 2021
Sofía Rei: “La libertad es el objetivo”
Conversamos con la artista para que nos cuente sobre “Umbral”, su nuevo disco que está atravesado por el jazz, el folklore y la música electrónica.
Sofía Rei rompe los estilos, no le gusta las casillas. Tiene en su impronta la búsqueda, arraigada, tal vez, en su experiencia. “Mi recorrido musical empezó en la música clásica, después fui más por el jazz, la improvisación. Luego, giré a la música folclórica sudamericana y hace varios años incursiono por el mundo de la música electrónica”, cuenta.
Su formación inicia a los 9 años en el Coro de Niños del Teatro Colón, luego estudió la carrera de cantante lírica, pasó por el Jazz, y se fue a profundizar sus estudios musicales a Estados Unidos, llegando en el 2005 a Nueva York donde trabajó con artistas como Bobby McFerrin, María Schneider, Marc Ribot y John Zorn. Hoy, además, de hacer música enseña en la Universidad donde está a cargo de la cátedra “Nuevas perspectivas en la música latinoamericana”.
Por estos días, se encuentra en España con días agitados, visitando amigos y donde se irá pronto a grabar videos y hacer conciertos a las Islas Canarias.
Tu reciente álbum es la materialización de un viaje que emprendiste en 2016, ¿querés contarnos los hilos que inspiraron la creación de “Umbral”?
Me fui sola al Valle de Elqui, en la región de Coquimbo, en Chile, haciendo introspección, como un viaje de reconocimiento y me encontré con un lugar super interesante donde me enteré, estando ahí, que esa era la tierra de Gabriela Mistral; y buscando obras de ellas mientras estaba allá me dio curiosidad leerla. Me encontré con una poesía de ella, “La Otra” y me inspiró, hablaba de algo que estaba viendo, de ese paisaje y, también, hablaba de una mujer que estaba como rehaciéndose a sí misma. Eso inspiró varias de las canciones del disco y después pasaron muchas cosas. Yo rearmé esa propuesta de muchas maneras. Tuvo muchas manifestaciones diferentes hasta que se convirtió en lo que es ahora, gracias también a la participación de JC Maillard que es el productor del disco, un músico con el que yo trabajo hace muchos años que le terminó de encontrar el sonido y los paisajes sonoros que yo me imaginaba.
Gabriela Mistral en sus poemas deja entrever la ajenidad que sentía, ¿te identificaste con eso?
Posiblemente, porque siempre me sentí un poco ´sapo de otro pozo´ musicalmente en los distintos ambientes que fui desarrollando en mi carrera, en la música clásica, el jazz, el folklore, en la música electrónica. Una siempre se siente como ajena al espacio en el que navega. Sin embargo, ya me relajé con eso hace varios años. Asumí la esencia de mi música que tiene que ver con muchas partes diferentes que la conforman.
Se nota en tu estilo la mezcla de la música clásica, el folklore, el jazz y la electrónica, ¿cómo llegaste a encontrar esa identidad tan original?
Siempre me interesó mucho lo vocal y los grupos vocales. Si bien toco muchos instrumentos, el mío es la voz, es mi herramienta con la que me puedo expresar directamente lo que siento y con la que traduzco mejor mis ideas musicales. En el caso de “Umbral” me llevó 5 años terminar el disco, porque no era claro el camino. Y tiene que ver con alguna manera ir descubriéndote a vos misma, analizando cuáles son las cosas que más me representan y las formas en que las expreso sin cuestionarme desde un estilo. Así como también trabajar con gente que derriba la idea de los estilos únicos. Por ejemplo, yo trabajé muchos años con John Zorn, que es un gran compositor e ícono de la música de vanguardia de Estados Unidos. Y él hace muchos años que conoce y mezcla tanto de punk, como de música clásica, como de música floklórica de Colombia, como de animé japonés. Y, creo, que es descubrir esa libertad, donde no te vas encasillándote en las jaulas estilísticas que de alguna manera no te dejan traducir lo que vos te estás imaginando.
En esta experimentación, ¿creés que es la búsqueda de la libertad lo que marca tu creación?
Si, la libertad es lo que me permite desmalezar cosas que están impuestas. Al final creo que lo que mejor te puede pasar como artista es que vos realmente expreses en tu obra la persona que sos en ese momento. Estoy segura de que este disco va a dejar de identificarme de acá a 10 años, pero sí lo voy a ver como una foto del pasado que me representaba en ese momento. Al final la libertad es el objetivo, es lo que te va a dejar proyectar más directamente tu idea y hacerla tangible.
Y al crear con tanta libertad, no encasillarte en un género en particular, ¿sentís que quedás afuera de determinados escenarios?
Si, tristemente. Se paga un precio alto, a pesar que la música ha evolucionado, con bordes más flexibles, más permeables y las influencias pueden ser infinitas, hay ciertos escalafones icónicos dentro de cada uno de los estilos en los que una no ingresa. El negocio de la música corre por una vía separada del arte. Son dos cosas muy distintas que, a veces, se juntan, pero es difícil. Igualmente, a mí no me daría la satisfacción hacer música que no me representa.
Hace mucho tiempo vivís en Nueva York donde das clases, pero tu música es latinoamericana, ¿cómo conviven esas culturas?
Yo canto en inglés y portugués, pero me parece que el español refleja de forma más natural lo que quiero decir. La música como lenguaje universal tiene la posibilidad de llegar desde la emoción. No hay nada más lindo que poder comunicar eso sin que alguien entienda necesariamente la letra. Eso a veces se hace difícil, pero, sorprendentemente, mucha gente la interpela lo musical sin que conozcan el idioma y, muchas veces, me escriben para pedirme las traducciones de las letras porque les da curiosidad.