12, Enero 2021
“Soy Rada”: un artista inclasificable.
Desde sus inicios como mago hasta el comediante versátil que es hoy, nos encontramos con Agustín “Soy Rada” Aristarán, para conocer cómo fue su camino artístico. Un repaso por su vida hasta llegar al éxito en las redes sociales y los nuevos proyectos: la tercera temporada de “Radahouse” y la pasión por la carpintería, una herencia de familia.
Agustín Aristarán, nacido en Bahía Blanca, llegó la capital del país alentado y acompañado por su familia, en la búsqueda de evolucionar en el camino de la magia. El presente los encuentra trabajando en diversas propuestas artísticas que le permiten desplegar sus múltiples talentos, que trascendieron su primera pasión y hoy lo hacen ser quién es.
Un repaso por todas sus facetas: el músico – de la mano de su banda #LosColis -; el influencer que crea contenido que explota en las redes, el carpintero que sorprende con su habilidad y la comparte en su canal de Youtube; y el entrevistador, con la nueva temporada de Radahouse “más en casa que nunca”, realizada íntegramente en tiempos de aislamiento.
Si tuvieras que presentarte a vos mismo, ¿cómo te definirías?
“Diría que soy un payaso sin nariz y sin zapatos. Un entretenedor que usa varias herramientas para hacer reír y para sorprender. También soy un amante de la música, y de hacer música.
Y ahora también ¡soy conversador!”.
¿Cómo surge “Soy Rada”?
“En mis comienzos, tenía que hacerme unas tarjetas para ofrecer mis servicios y creía que tenía que elegir un nombre artístico, entonces le pedí a mi hermano algunas ideas. Él estaba leyendo ‘El Señor de los Anillos’, asique se le ocurrió Radagast, uno de los cinco magos de la historia. Y me copó. Así nació el ‘Mago Radagast’, que hace algo más de un año se transformó en Agustín ‘Soy Rada’ Aristarán. Y desde entonces es mi nuevo nombre”:
Si no fueras “Soy Rada”, ¿te imaginarías teniendo otra profesión? ¿Te hubiera gustado hacer otra cosa?
“La verdad que no. Por suerte nunca tuve que hacer otra cosa. Me gusta lo que hago, disfruto mucho de mi profesión. Este año descubrí el amor por la carpintería y creo que podría haber sido carpintero”.
Hace algunos años, crecieron tu público y el número de seguidores a través de las redes sociales. ¿Cómo fue ese salto de ser del mago de Bahía Blanca al ‘Soy Rada’ instagramer con más de 1,5 millones de seguidores?
“Si lo lees así en un párrafo parece un pase mágico, pero fue un proceso de muchas serendipias. Tuve la suerte de estar en el lugar indicado y con la predisposición de poder aprovechar las fortuitas oportunidades que se me fueron presentando. Siempre fui un artista independiente y autogestivo. Seguí mi llamado interno de qué quería ir haciendo y me dejé guiar por lo que me parecía lo mejor en cada momento.
Con las redes me pasó algo muy particular, yo vivía de hacer eventos privados, e Instagram me dió la posibilidad de empezar a probar muchas ideas para las que no tenía audiencia. Cosas que no hacía arriba del escenario y que -muchas- habían estado en mí desde siempre. Aprendí el lenguaje de las redes a través de la prueba y el error”.
“Hacer reír a otros es un regalo. Busco la risa en mí y en los demás”.
¿Cómo te llevas con el mundo virtual? ¿Te gusta crear contenido para redes o preferís el show en vivo?
“Son cosas totalmente diferentes y las dos tienen algo maravilloso. El balance de esos dos universos es lo que a mí mejor me funciona. La vibra del público en vivo es irremplazable. Es un subidón de energía zarpado, donde el cuerpo pasa de la adrenalina a la serotonina y la sensación es única. En las giras con #LosColis (su banda de música) se suma además la creación colectiva.
El contenido para redes, en cambio, es íntimo y personal. Aunque después lo vea mucha gente, el momento de hacerlo es muy solitario. Es meterle horas a la edición, repasar y pensar ideas, probarlas, mejorarlas y seguir aprendiendo para que el resultado se parezca cada vez más a lo que tenías en la cabeza”.
Tenés tu propia banda, #LosColi, y colaborás con diferentes músicos ¿Qué lugar ocupa la música en tu vida?
“La música es todo. Fue mi primer amor porque empecé tocando la batería a los 8 años en una banda de jazz para niños. Y vino para quedarse. Con #LosColi sacamos dos discos y algunos singles. Y durante el 2019 tocamos por todo el país. Fue creciendo nuestro público y es lo que más extraño de este aislamiento: salir a tocar y cantar”.
Tanto la música, la magia o tus shows de stand up están atravesados por el humor. ¿Qué significa para vos la posibilidad de hacer reír a otros? ¿Es algo que buscás o es sólo una consecuencia?
“Hacer reír a otros es un regalo. Busco la risa, en mí y en los demás. El propósito de la comedia es liberar la tensión en el momento presente y en el lugar presente. Tiene poderes sanadores”.
¿Y en vos? ¿Qué significa el humor en tus días?
“¡Es todo! Es la herramienta con la que transformo las cosas en anécdotas floridas, con un poco de tiempo en el medio, por supuesto. Es la forma que tengo para sublimar mis miedos, sobre todo el de la impermanencia. Es el arma con la que acompaño a mi hija en su vida. No es que esté todo el día haciendo chistes, pero sí el humor es un gran aliado incluso para surfear los días malos”.
Viajás y trabajás mucho en otros países, principalmente en Latinoamérica y Europa. ¿Creés que existe el humor universal?
“Hay un humor que atraviesa muchas culturas, pero el lenguaje es una barrera grande. Las cosas por las que nos reímos y las que nos apasionan son una construcción cultural. Para hacer reír tenés que lograr que los otros se identifiquen con vos y conecten. Y esa necesidad de conexión que sentimos los seres humanos, sí es universal“.
¿Cuál es tu estrategia para sentirte feliz?
“Lo que a mí me sirve para sentirme bien es estar siempre en movimiento, conectado a lo que pasa en el momento presente. Los miedos están en el futuro, y en el pasado las culpas y los arrepentimientos. Cuanto entro en esa, respiro y estoy acá. Y ahí se me acomodan los pensamientos”.
¿Cuál es el próximo desafío de Soy Rada?
“En general no funciono motivado por sueños o desafíos. Hay cosas que se aparecen, que me resuenan más o menos. Pero nunca me salió buscar objetivos a alcanzar, siempre se hizo natural pensar en disfrutar los caminos a recorrer. Soy perfeccionista, y muy autoexigente. Hoy tengo la suerte de tener un gran equipo de profesionales y amigos que me acompañan en este camino y me hacen todo más fácil. Nada se logra solo”.