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12, Enero 2021

Fernando Duclos: “Traté de contar historias que toquen a la gente, que sirvan para contar en un asado”

Fernando Duclos viajó por los países que comprenden la Ruta de la Seda, en Medio Oriente, durante 14 meses y creó “Periodistán”. Su proyecto autogestivo rompió las estructuras tradicionales y fue un éxito en las redes.

Fernando Duclos

En enero del 2019, cuando todavía el mundo no tenía idea de lo que era el coronavirus, el periodista Fernando Duclos (35)  iniciaba un viaje que le cambiaría la vida por completo, y no precisamente por la pandemia. 

Con el objetivo de concretar un proyecto autogestivo pero, principalmente de “conocer, disfrutar”, creó “Periodistán”. Nada menos que una recorrida por la ruta de la seda, desde los ojos de un argentino. El proyecto no solo recibió en poco tiempo una aceptación masiva del público virtual, sino que sus historias, que relataba a través de hilos de Twitter, se hicieron famosas en la red. Hoy, todo está condensado en un libro (Periodistán, 2020). 

Si bien no tiene del todo claro el o la clave del éxito, lo simplifica. “En una red social con mucha agresión, en la que la gente se insulta, llegué para contar historias, y de lugares que provocan mucha curiosidad, de los que no se sabe nada o se sabe solo lo malo”, reflexiona. “Además se leían fácil, en cinco, diez minutos. Yo estaba allá, contaba lo que me pasaba pero saliendo del egocentrismo y del ‘mírenme a mí’”, explica. 

“Después empezó a crecer y no lo pude parar”, agrega Duclos sobre el proyecto que fue declarado de Interés Legislativo en Buenos Aires.

Si bien cualquier similitud puede ser pura coincidencia, Periodistán no ingresa en la categoría de blog de viajes tradicional. Además de la originalidad del formato, cuenta mucho en pocas palabras y los datos sobre la cultura y modo de vida de Medio Oriente son protagonistas. “Apuntaba a generar historias que toquen en algún punto, que sirvan para contar en un asado, a un amigo o amiga”, dice.

Por eso, en la cuenta se puede encontrar desde un hilo sobre los baños de Uzbekistán, Kirguistán u Omán, hasta la desintegración de los Balcanes relacionada con un partido de fútbol entre la Argentina y Yugoslavia en 1990. 

“No llevaba una planilla con lo que tenía que publicar o por qué, ni revisaba métricas. Mis condiciones de Internet tampoco eran buenas. Pero sí trataba de publicar todos los días”, cuenta de cuando las redes adquirieron mayor visibilidad. “Empecé a organizarme de forma muy rústica, pero si un día publicaba sobre deportes, al otro buscaba otra cosa”, ejemplifica.

“Los países tienen prensa muy negativa y lo saben. Entonces cuando llega un turista o viajero, quieren mostrar que son gente normal”.

Aunque el 2020 trajo un abrupto fin de viaje, a causa de los cierres de fronteras y la incertidumbre de la pandemia, dejó un saldo positivo en cuanto a los proyectos de Duclos. “Si bien no tenía idea de cuándo iba a terminar el viaje exactamente, pero ya estaba muy cansado”, recuerda. “Un día me levanté sin saber que iba  a volver, ya habían empezado las restricciones, y tenía mensajes de todo el mundo”, recuerda.

Reconoce que el aislamiento fue complejo, pero hoy el comienzo de año lo encuentra al frente de un programa propio (“IP Internacional”, por el canal de cable IP) y desempeñándose también como columnista en televisión y radio (“Sexy Pipol”, por Congo FM). “Fue una transición larga, difícil. Pasé de estar un año y dos meses viajando a estar seis encerrado en mi casa, de un día para el otro”, expresa.

Destinos “raros” y sin prejuicios

Por lo general, para el imaginario colectivo de la Argentina y Latinoamérica, los países del Medio Oriente aparecen difusos en el mapa mental y por lo general, detrás de un telón de prejuicios e ideas inciertas. 

Fernando no niega haberlos compartido en algún momento, pero nunca pesaron demasiado. “Siempre tuve un gusto por los lugares ‘raros’, me gusta charlar con gente que hace cosas diferentes, conocer historias extrañas. No tenía mucho prejuicio. Había ido seis años antes a África (experiencia que compartió en su primer libro: Crónicas Africanas) y uno llega pensando que lo van a meter en una olla y van a aparecer tribus con taparrabos o un león en la calle, pero no pasa”, dice.

Algo similar sucedió en los países de Oriente, en donde no vio prácticamente turistas argentinos. “Cuando llegás te encontrás con una hospitalidad de la gente que está completamente fuera de lo que nosotros entendemos, particularmente en Irán, en el Este de Turquía, la península arábiga”, cuenta. “En Afganistan, destrozado por la guerra, no gasté ni un peso porque no me dejaban pagar y se enojaban” relata. “Tienen prensa muy negativa, y lo saben. Entonces cuando llega un turista o viajero, quieren mostrar que son gente normal”, agrega.

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